Hoy son muchos los que se afanan por ser famosos, hace algunas décadas se buscaba un talento, habilidad artística, deportiva, en la actualidad se puede ser famoso por cualquier cosa, si no ver el fenómeno Kardashian.
La fama dosificada y forjada, para mí con los pies en la tierra puede ser algo manejable, una fama desbordante sin el cuidado para un artista, escritor, atleta puede obnubilar y convertirlos en personas que se ven como todopoderosas y es cuando vemos los casos en que cometen abusos contra ellos drogándose, aplastando a otros, en casos con la justicia.
El actor Al Pacino admitió haber recibido terapia a raíz de la película El Padrino por no saber cómo lidiar con la fama, una de las actrices de Star Wars también admitió recientemente lo mismo.
La fama es un elixir potente, desbordante, mientras el éxito sostenido y asesorado con profesionales que cuiden el artista y la persona crean las leyendas que persisten en el tiempo y mantienen su ser.
Creo en la exposición y retiros paulatinos para fomentar la creatividad y no sobre exponer el talento, sale ganando el talento y también el público. Al final todos tenemos algo único que ofrecer que nos regala la vida, siempre y cuando lo sepamos cuidar, unido a la calidad humana hacen la diferencia entre un famoso y un exitoso.