La eternización en cargos

Nada es eterno, aunque en mentes desquiciadas entienden que a veces ni la muerte estaría en capacidad de arrebatarles nada.

La eternización ha sido un concepto discutido ampliamente desde la aparición del hombre sobre la tierra, en especial cuando se formaron grupos dominantes que esclavizaron a las grandes mayorías.

En el deporte, por solo citar uno de los sectores de más incidencia en el último siglo, muchos siglos después de ese proceso, persisten todavía elementos que en el plano dirigencial se han creído imprescindibles, y dueños y señores absolutos de esas instituciones.

Solo hay que echar un vistazo a los organismos más importantes, los que manejan grandes recursos económicos, para comprender que cuando se apoderan de los mismos, casi se hace imposible relevarlos.

Los últimos casos en que han tenido la obligación de dimitir, ha sido por la presión de otros grupos de poder, en especial políticos y económicos, dada la rampante y descarados actos de corrupción que han sublevado a la opinión pública.

Lo que ocurrió hace unos meses en la FIFA y en la UEFA, ambos organismos ligados al fútbol, es solo una muestra de lo que sucede en el aspecto ético.

Eso que ocurre en esas súper estructuras también es una realidad en otras, bajo la creencia de que ellas y sus dirigentes son intocables, y donde se han constituido en juez y parte.

¿ Están las instituciones deportivas de República Dominicana manejando como mandan las leyes los exiguos recursos que reciben?

¿Existe un estricto cumplimiento por parte de los dirigentes que los administran? ¿A qué obedece que los dirigentes, incluyendo los nuestros, definitivamente buscan eternizarse en el control de esos organismos?