Recientemente vimos en los medios la noticia en la que el Colegio Dominicano de Abogados destacaba el logro de de una sentencia del Tribunal Superior Administrativo que ordena al Ministerio de Educación la enseñanza de la Constitución en las escuelas así como contenidos asociados al medio ambiente y a la educación vial.
El citado Ministerio informó que apelará la sentencia bajo el argumento de esos contenidos se imparten en las escuelas de forma transversal.
Siempre se ha cuestionado que contenidos relevantes para la formación de los estudiantes se traten de forma transversal porque se diluyen o no se profundizan como el es caso de la moral y cívica.
En tal sentido, el Ministerio de Educación pudiera ver la sentencia del Tribunal Superior Electoral como una oportunidad para reforzar los contenidos asociados a la enseñanza de la Constitución y crear un programa especializado en alianza con el Tribunal Constitucional, el mismo Colegio Dominicano de Abogados y las universidades y que pueda impartirse aprovechando la tanda extendida.
Ya todos sabemos el bajo nivel educativo que hay en nuestros estudiantes lo que desde luego repercute en otros ámbitos de la vida social. Reforzar lo positivo suma, no resta.
Este país necesita ciudadanos más responsables. Esos mejores ciudadanos que requiere la patria es en la niñez y en la adolescencia que se forman.
La Constitución misma ordena su enseñanza de forma muy específica.
En su artículo 63.13 establece que “con la finalidad de formar ciudadanas y ciudadanos conscientes de sus derechos y deberes, en todas las instituciones de educación pública y privada, serán obligatorias la instrucción en la formación social y cívica, la enseñanza de la Constitución, de los derechos y garantías fundamentales, de los valores patrios y de los principios de convivencia pacífica”.
La cruzada de educación constitucional tiene que llegar a todas las entidades educativas con indicadores y resultados claros y medibles que nos permitan ver avances y cambios de comportamientos, actitudes y prácticas favorables a una cultura participativa, a un ciudadano más empoderado de sus derechos, al cumplimiento de las leyes y a la eficacia de las instituciones. Hay que empezar a sembrar para poder cosechar