La educación trujillista

La educación trujillista

La educación trujillista

David Alvarez

La historia es a la vez los hechos acaecidos antes del presente que han dejando huellas, es la disciplina que investiga e interpreta dichas huellas, y es a su vez el relato social que sin pretensión científica comparte una comunidad sobre su pasado.

Esa última concepción está muy influenciada por la escolaridad y los medios de comunicación. De la manera en que se enseña la historia patria en nuestras escuelas y cómo los comunicadores difunden sus personales perspectivas sobre esos temas, se va construyendo un relato, ora cargado de mitos, ora de hechos, ora de interpretaciones, que genera un imaginario colectivo sobre nuestro origen.

Sobre las generaciones presentes sigue pesando ese “relato” de lo que es nuestro pasado forjado por los intelectuales trujillistas.

Muchos historiadores han desmontado el relato de la tiranía de nuestro pasado, pero no ha pasado a ser parte del imaginario colectivo.

La lucha ideológica contra la dictadura no ha ganado la mente y el alma de mucha gente sencilla, y mucho menos de dirigentes políticos que militan en partidos que por definición son contrarios a la tiranía de Trujillo.

Juan Bosch entendió eso desde que regresó del exilio en 1961 y primero en el PRD y luego en el PLD, y a través de la radio, la prensa y la televisión, hizo un esfuerzo colosal por ayudar a desmitificar la sarta de tonterías que la escuela trujillista sembró en la mente de los dominicanos y dominicanas, pero por lo visto falta mucho por hacer.



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