La educación formal que tenemos en la actualidad es una realidad de los últimos siglos en la historia de la humanidad.
Ciertamente, en la antigüedad existían academias dedicadas a formar, en las artes y conocimientos de la época a un grupo selecto de personas, pero no existía un concepto de educación universal o para todos.
Las conquistas que como sociedad mundial hemos experimentado en los últimos años nos han permitido garantizar a la población general un nivel educativo mínimo.
La aspiración de toda sociedad desarrollada es que al menos la población esté alfabetizada y tenga un nivel de escolaridad que le permita ser productiva en un mundo cambiante y en crecimiento.
En prácticamente todas las constituciones de las diferentes naciones de la tierra la educación es considerada un derecho fundamental y por tanto es deber del Estado garantizarla a todos sus ciudadanos.
En adición a esta realidad, consideramos que nuestros países deben hacer esfuerzos para garantizar los niveles educativos superiores, entre los que se encuentra el de la educación técnica y tecnológica.
La educación tecnológica es cada vez más necesaria en un mundo altamente tecnológico. Establecer mecanismos que amplíen las posibilidades de formar más y mejores profesionales en el campo de la tecnología de la información y comunicación (TIC) es una necesidad estratégica para cualquier país.
La educación en TIC genera empleo de alto valor y emprendimiento innovador.
Las carreras profesionales de mayor demanda y crecimiento son las relacionadas con tecnología. Apoyar a que nuestros ciudadanos accedan a educación de tecnología de calidad es una prioridad nacional.
Continuemos ampliando las posibilidades de esta formación y capacitación tan valiosa en nuestro mundo digital.