SANTO DOMINGO.-La Organización Mundial de la Salud identifica que más de un 20% de las personas que pasan de los 60 años de edad sufren algún trastorno mental o neural y el 6.6% de la discapacidad en ese grupo etario se atribuye a trastornos mentales y del sistema nervioso.
Estos trastornos representan en la población anciana un 17, 4% de los años vividos con discapacidad. La demencia y la depresión son los trastornos neuropsiquiátricos más comunes en ese grupo de edad.
Por otra parte, los trastornos de ansiedad afectan al 3.8% de la población de edad mayor y los problemas por abuso de sustancias psicotrópicas, casi al 1%; asimismo, aproximadamente una cuarta parte de las muertes por daños autoinfligidos corresponden a personas de 60 años de edad o mayores.
De acuerdo a Belsai Martínez de la Villa, quien tiene un Doctorado en Psicología con especialidad en Consejería, la edad y las experiencias de vida de un ser humano tiene un impacto directo en la madurez emocional. Ciertamente el poder manejar las emociones de manera saludable está muy relacionado con las vivencias y experiencias de crianza que influyen en la visión de las emociones de una persona.
Retos emocionales
Es importante presentar apertura y flexibilidad para desaprender hábitos que no hacen bien e intercambiarlos por unos más saludables. La especialista indicó que, los adultos mayores enfrentan varios retos emocionales, manifestando que “Primeramente están los cambios a nivel fisiológico en su cuerpo.
Concepto de movilidad y agilidad, tanto a nivel físico como emocional. Por otra parte, la soledad es otro de los retos emocionales.
Sus familiares crecen, forman sus propios hogares y los adultos mayores enfrentan procesos como el nido vacío y ajustarse a actividades a nivel individual que compartían con otros miembros de su entorno familiar inmediato. Son varios cambios en conjunto a los que se enfrentan y pueden desarrollar un reto para el manejo de sus emociones”.
Al describir las herramientapara lograr una estabilidad emocional, Martínez de la Villa destaca que es importante identificar, que cada persona es un ser distinto y que las herramientas para desarrollar una inteligencia emocional varía por personalidad. Sin embargo, es importante identificar actividades de autocuidado.
Así como por ejemplo: ejercicios, música, arte, lectura, juegos de mesa, entre otros. Identificar las emociones, validarlas y aplicar herramientas para manejarlas de una manera saludable. Advierte que la pandemia ha tenido un impacto emocional en toda la población.
Sin embargo, en adultos mayores se identifican los procesos de ajuste a detener rutinas en las cuales se sienten productivos. En adición, el distanciamiento físico puede tener un impacto emocional, ya que somos seres sociales y las interacciones en esta etapa de vida son muy importantes, ya que se sienten acompañados.
“En la medida en que se vayan retomando las actividades de rutina y relaciones interpersonales, luego de la pandemia (con las protecciones pertinentes), puede tener un impacto positivo en las emociones de los adultos mayores”, dijo.
Practicar la empatía
— Conferencia virtual
La doctora habló en el webinar “Bienestar: actividad y equilibrio emocional”, que realizó la marca Tena, con el objetivo de promover un cuerpo activo y una mente sana para fortalecer las emociones.