La economía informal como fenómeno complejo

Generalmente los economistas hemos abordado la economía informal desde dos perspectivas que podrían estar equivocadas y que no han permitido dar una solución socialmente adecuada al problema: por un lado, estamos viendo la informalidad como una relación lineal entre las causas y los efectos y; por otro lado, quienes abordan el tema lo hacen desde una lógica de los intereses que representa, obviando otros factores que son importantes.

Un fenómeno se torna “complejo” cuando a un sistema formal se le hace imposible capturar adecuadamente todas las propiedades de una situación o problema que aborda, por lo que las predicciones serán erradas o incompletas. Parecería que estamos operando en un “paradigma newtoniano” el cual resulta insuficiente para abordar el problema “complejo” de la informalidad.

Al margen de las teorías que explican las causas de la economía informal, su naturaleza y magnitud, creo que se requieren más estudios e informaciones estadísticas más continuas, que permitan a los hacedores de políticas públicas aproximarse a la comprensión del tema. Si bien es cierto que el Banco Central aplica un módulo de informalidad en la Encuesta Nacional Sobre Fuerza de Trabajo (ENFT), no es menos cierto que existen otras informaciones que serían necesarias mejorar, como es el caso de los costos no laborales, con cuyo dato se ha especulado demasiado.

Abordar la economía informal desde la perspectiva de la “complejidad” podría acercarnos a conocer más el fenómeno y su solución. Existen varias premisas que ameritan tratar el tema: el tamaño que muestra la informalidad laboral en la economía en estos momentos, que según la última encuesta (ENFT) es de 55.96% de la población ocupada total; la ignorancia de las causas de este fenómeno; las informaciones que se tienen son limitadas; la variedad de causas que se vinculan con la misma y; su comportamiento contradictorio con respecto al crecimiento de la economía.

Estas premisas tendrían implicaciones en términos de política económica. Tener una economía que pueda crecer y reducir de manera secular la informalidad laboral, necesariamente conllevaría una intervención estatal más activa y eficiente, dirigida a fortalecer los procesos de encadenamientos productivos por medio de políticas públicas que minimicen los desbalances entre el crecimiento de la población y el empleo en los sectores productivos, en particular el sector industrial.

Pienso, que la “complejidad’ nos puede dar unas perspectivas mucho más amplia que la mera visión economicista que hasta ahora hemos utilizado para abordar este tema multifactorial.