La economía americana ha sido descrita en los últimos años como una recuperación en forma de “K”. Este concepto refleja un fenómeno desigual: mientras ciertos sectores y grupos sociales experimentan un crecimiento acelerado, otros enfrentan estancamiento o retroceso.
La metáfora de la “K” ilustra dos trayectorias divergentes alrededor de una línea vertical que representa la distribución del ingreso: una ascendente, vinculada a quienes poseen mayores ingresos, activos financieros y acceso a tecnología; y otra descendente, que afecta a trabajadores de bajos salarios, comunidades vulnerables y pequeñas empresas.
La distribución del ingreso en Estados Unidos es clave para comprender esta dinámica. El país presenta una de las mayores desigualdades entre economías desarrolladas.
El 10 % más rico concentra una proporción significativa de la riqueza nacional, mientras que amplias capas de la población dependen de empleos precarios, sin estabilidad ni beneficios suficientes.
Esta brecha se amplió tras la pandemia de COVID-19, cuando los mercados bursátiles y las grandes empresas tecnológicas se fortalecieron, al mismo tiempo que millones de trabajadores en sectores como servicios, turismo y comercio minorista perdieron ingresos o empleos.
El comportamiento en “K” también se observa en el acceso a educación, salud y vivienda. Las familias con mayores recursos pudieron adaptarse rápidamente al teletrabajo y aprovechar la digitalización, mientras que las de menores ingresos enfrentaron barreras tecnológicas y educativas.
Este patrón plantea desafíos estructurales. Una economía que avanza en dos direcciones opuestas corre el riesgo de profundizar tensiones sociales y políticas. La movilidad ascendente se reduce, y la percepción de inequidad mina la confianza en las instituciones.
En definitiva, la economía estadounidense en forma de “K” no es simplemente una metáfora coyuntural, sino un reflejo de la desigual distribución del ingreso.
Mientras unos ascienden con rapidez, otros descienden, generando una fractura que amenaza la cohesión social y la sostenibilidad del crecimiento a largo plazo.
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Antonio Ciriaco Cruz
Dr. Antonio Ciriaco Cruz, economista. Decano de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la UASD. Columnista de El Día.