El fallecimiento del Yerison Pimentel Franco, de 14 años de edad, tiene su base en el afán desmedido de los adolescentes dominicanos en lograr una firma para las Grandes Ligas a temprana edad.
Son muchos los adolescentes que al igual que Pimentel Franco que arriesgan sus vidas para cumplir con los exigentes estándares de calidad que buscan los representantes de las 30 organizaciones de Grandes Ligas.
Todos los que están en el ambiente del béisbol reconocen que esos estándares, en la mayoría de los casos, sólo se pueden cumplir con las ayudas de las sustancias prohibidas.
Hace dos años, la oficina del Comisionado de Grandes Ligas crearon el Trainer Partnership Program, donde acogieron a los entrenadores dominicanos, a quienes les exigieron una serie de condiciones, que los que no se inscribieron las criticaron.
Este programa obliga a los entrenadores participantes a inscribir a sus jugadores en el programa de pruebas anti-dopaje de MLB, someterse a verificación de información y mantener documentos actualizados de los jóvenes en sus programas.
También deben cumplir con las reglas de MLB relacionadas con la firma de jugadores internacionales.
La doble moral de Grandes Ligas se evidencia en que a pesar de que estos entrenadores les dieron las libertades hasta para hacerles pruebas de sangre a sus prospectos, siguen dándoles los grandes bonos a los entrenadores que se opusieron a ese programa, porque no aceptan controles. Entonces, así es imposible arreglar el mercado de firmas controlando a unos y a otros no.