En la imagen, el presidente Danilo Medina (i) y el expresidente Leonel Fernández (c). EFE/Richard Reed/Archivo
La ruptura sin precedentes que sufrió el Partido de la Liberación Dominicana (PLD) en octubre pasado tras la celebración de sus primarias ha contribuido a poner en jaque su permanencia en el poder luego de 16 años ininterrumpidos de Gobierno.
El enfrentamiento que en los últimos años era más que evidente entre el presidente dominicano, Danilo Medina, y el exgobernante y presidente del PLD, Leonel Fernández, estalló tras la celebración en octubre pasado de las primarias abiertas de esa organización, cuando este último alegó haber sido víctima de un presunto fraude.
EL DESGARRE EN LAS PRIMARIAS
Fernández, quien fue el primer presidente del país salido del PLD (1996-2000) y quien después gobernó ocho años seguidos (2004-2008 y 2008-2012), rechazó con fiereza los resultados del proceso en el cual el exministro de Obras Públicas Gonzalo Castillo, aupado por Medina, venció al ex jefe de Estado por un margen menor al 1 %.
Luego de algo más de 15 días de culpar a los «engreídos» del Palacio Nacional, Fernández presentó a finales de octubre su renuncia «irrevocable» al partido en el que militó por 46 años para fundar la Fuerza del Pueblo, organización que preside y de la cual es su candidato presidencial.
Quedaba así sellada la división de la formación oficialista, que se había destacado, precisamente, por «lavar los trapos sucios en casa» y que al final de cada amenaza interna lograba arreglar sus asuntos «en familia» y concurrir unida a las elecciones.
El PLD se escindió en varias oportunidades en los años en que su fundador y líder, el expresidente Juan Bosch, dirigía el partido y no era muy dado a las disidencias.
Ninguna de ellas, sin embargo, tuvo la dimensión que la ocurrida con la partida de Fernández, quien gobernó 12 de los 20 años que esa formación ha dirigido el país.
«El enfrentamiento entre dos facciones y sobre todo el uso del poder que hizo el presidente Medina para aplastar a Leonel y a sus seguidores dentro del PLD, no le quedó más oportunidad al expresidente que irse de ese partido; eso ahora se muestra muy importante con respecto a la posición de la oposición de cara a las elecciones», dijo a Efe el politólogo Rafael Toribio.
ENCUESTAS FAVORABLES A LA OPOSICIÓN
Las encuestas de mayor credibilidad publicadas recientemente pronostican la victoria del candidato del Partido Revolucionario Moderno (PRM, principal de oposición), Luis Abinader, en las elecciones del próximo domingo.
Toribio refiere que si en los comicios se refleja lo publicado por las encuestas, Medina se convertiría en un «cadáver político», porque no puede ofrecer nada al interior del PLD, pues la Constitución le prohíbe presentarse «jamás» como candidato a la Presidencia o a la Vicepresidencia del país.
«Una derrota del PLD no solo acrecienta a lo externo las posibilidades políticas futuras de Fernández, sino que abre la posibilidad de su posible retorno a ese partido, porque quienes lo hicieron salir fracasaron a la hora de las votaciones», agregó el exrector del Instituto Tecnológico de Santo Domingo (Intec).
Considera, por otra parte, que es tal el «hartazgo» de la población contra el PLD, que si Castillo gana las elecciones en primera vuelta «nadie se lo creerá», a menos que se haya producido un «fraude colosal».
EL DESGASTE POR LAS DENUNCIAS DE CORRUPCIÓN
Toribio entiende que el PLD también se verá afectado «enormemente» en las votaciones por los «hechos de corrupción» que se le atribuye en los últimos años al Gobierno y porque su candidato presidencial «no llenó las expectativas».
En similares términos se expresó el analista internacional Jatzel Román, al recordar que en una de las encuestas más recientes un tercio de los consultados aseguró que a la hora de votar tomará en cuenta los escándalos de corrupción y la impunidad que un sector «muy amplio» de la población le atribuye al Gobierno.
«Estamos en presencia de una fuga de peledeístas hacia la Fuerza del Pueblo, además de que los votantes coyunturales del PLD ahora se sienten atraídos por el cambio que les promete Abinader», explica Román, al considerar que la formación oficialista irá a las urnas «debilitada» de una manera como nunca se había visto desde el poder.
Algo más de 7,5 millones de dominicanos están hábiles para ejercer el derecho al voto en unos comicios por completo atípicos, ya que la tradicional campaña electoral dominicana de caravanas, mítines, ruido y pasiones desenfrenadas se vio limitada de manera extraordinaria debido a las medidas tomadas por el Ejecutivo para contrarrestar la expansión del coronavirus.