En la búsqueda de objetivos, la disciplina juega un papel fundamental, aunque muchos desperdician de manera olímpica las oportunidades de alcanzar el éxito, violando todos los principios que ella aconseja.
Empero, la indisciplina que se verifica en todos los quehaceres de la vida es responsable de que individuos que poseen todas las condiciones de alcanzar la cúspide queden atrapados a mitad del camino, siempre echándole la culpa de sus fracasos a la denominada “mala suerte”.
Esto se da con bastante frecuencia cuando un individuo no tiene reglas claras sobre la conducta que debe adoptar, lo que hace muy difícil, casi imposible, alcanzar metas, aunque posea calidad para ello.
La disciplina queda muy bien establecida en su misma definición: ”es la capacidad que tienen las personas para poner en práctica una serie de principios relativos al orden y la constancia, tanto para la realización de tareas, como de actividades cotidianas en sus vidas”.
En deportes son frecuentes casos de atletas que tienen todo para llegar al “cielo”, pero por su incapacidad de disciplinarse, se frustran permanentemente.
Cuando se arriba a ese estado, la depresión llega con una fortaleza tal que muchos hasta recurren a a las drogas y otros al suicidio, al entender que no le queda otra alternativa válida.
En los deportes, con cierta frecuencia como atletas con todas las de triunfar y convertirse en líderes, no pasan de promesas, producto de la indisciplina. Un caso que llama la atención, corresponde al hainero Ángel Delgado, quien por sus condiciones, le han dado chance en la NBA y en las ligas de China, Israel y España, sin embargo, por causas aparentes, todas ligadas a cierto tipo de indisciplina, se queda a mitad de camino, forjándose un historial de inconstante.