Todas estas vivencias que he procurado tener me han sensibilizado mucho y hoy procuro practicar la «compra solidaria» a nivel personal y estimularla a nivel empresarial, prefiriendo comprar a los no videntes los «suapers», cualesquiera otros productos o servicios que ofrezcan como los masajes, para aplicación personal o para regalaros en certificados.
Para mí ha sido una novedad y una satisfacción grata ver que las sillas de rueda han llegado al fondo del mar, al Pico Duarte (este mismo año), a las pasarelas.
Es emocionante ver los juegos paraolímpicos, los atletas jugar basketball y otros deportes en silla de ruedas, hacer maratones, espectáculos de piruetas que recorren el mundo rompiendo barreras, personas no videntes, personas con síndrome de Down, con Ásperger, o cualquiera de sus variantes bailando en coreografía, o alguna danza en solitario, actuando en teatro, o haciendo teatro musical.
Presenciar varias veces a los chicos especiales (con autismo o cualquiera de sus variantes), u otros con distintas discapacidades, en sus conciertos tocar algunos instrumentos fue motivo de llanto emocionado y en ciertos momentos risas compartidas por todos los presentes, ya que son unos personajes muy expresivos y ocurrentes.
Todos estos espectáculos me erizan y me conmueven. Esto hace que no pierda oportunidad gratuita de disfrutarlos.
Otros con parálisis cerebral o afectaciones neurológicas, en diferentes niveles, una de ellas Rocío Elízabeth Melo Pelletier, quien ha descollado pudiendo graduarse con honores en la Universidad del Caribe de la carrera de Educación Mención Sociales, luego un Diplomado en Educación Especial y ha estado prestando su apoyo en la Fundación Nido para Ángeles desde 2008, pues esta fundación trabaja con niños que padecen parálisis cerebral, con el objetivo de demostrar que estos chicos merecen una oportunidad y pueden ser útiles.
También da rienda sueltas a una de sus aficciones preferidas: la actuación, ya que ha tenido participación en obras teatrales que trabajan el tema de la discapacidad. Recientemente en la pasada Feria Internacional del Libro presentó su libro autobiográfico titulado «Mi problema». En ese sentido, y a propósito de tan significativa autora, la UNESCO anunció que este año el tema a tratar es “La educación inclusiva por medio del idioma y con él – los idiomas cuentan”.
Aquí estuvo el español Pablo Pineda, primer europeo con síndrome de Down en terminar una carrera universitaria, diplomado en Magisterio de Educación Especial. Vino al país impartiendo una de sus conferencias. De unos años acá se ha multiplicado el número de casos de personas con discapacidades variadas que se destacan ejerciendo sus oficios como el que más.
Difundir estos ejemplos de superación alimenta una cultura nueva donde empezamos a pensar distinto, y que bueno que así sea. Es sabido que los casos de éxito tienen como denominador común una detección temprana del caso, una inmediata, temprana y oportuna exposición a terapias especiales, unos padres y un(a) protagonista determinados e insistentes, con una enorme confianza y esperanza en que si se quiere, se puede.
Antes de despedirme hasta la próxima entrega, les recuerdo que no olviden consultar Silohubierasabido.net, su página de orientación y desarrollo social con un enfoque cultural especializada en actividades gratuitas.
