Era impensable no cerrar un año e iniciar otro sin un escándalo de grandes proporciones. En países como el nuestro es la norma. ¿Para qué sirve la Dican cuando ya existe la Dirección General de Control de Drogas?, ¿será que no da abasto la DNCD?
Con este tremendo hecho del robo y venta de grandes cantidades de drogas confiscadas a manos de los mismos oficiales que custodian la Dican y que supuestamente tienen el deber de vigilar y salvaguardar estos asuntos, pienso que lo mejor es cerrar este organismo por la ineficacia de sus trabajadores.
Este escándalo es una muestra más del deterioro de nuestras fuerzas de vigilancia y del orden. Hay muchas manzanas podridas en la Policía Nacional, la DNCD, la Fuerzas Armadas, la Marina de Guerra y ahora la Dican.
Es necesario y urgente hacer una reestructuración interna en estos organismos, sacar corriendo a los que realmente solo están enganchados en estos cuerpos para hacer fechorías y que por supuesto, los salarios de estos trabajadores que los paga el pueblo sean mejorados para por lo menos tratar de paliar un poco sus necesidades de recursos extras.
Para nadie es un secreto que miles de oficiales ganan sueldos de miseria, pero tampoco quiero con esto justificar una acción nefasta como el robo y venta de esta droga.
En ese sentido, el procurador general Francisco Domínguez Brito tiene el deber de aunar esfuerzos con las autoridades para esclarecer este vergonzoso hecho. Prometió por distintas vías aclarar el tema y hacer justicia.
El pueblo quiere saber quiénes están detrás de esto, los responsables, beneficiarios y exactamente qué ocurrió. ¿Se sabrá?, no lo sabemos, ya que nuestra Justicia es débil, de burla cuando se trata de ocultar quiénes realmente son los cabecillas de casos como lo ocurrido.
El jefe de la Policía, Manuel Castro Castillo, ha figurado en los medios dando la cara por esta situación y dijo que ya ellos estaban investigando el caso antes de que se publicase en los medios. No dice nada más porque el caso está bajo investigación.
Un caso penoso que aumenta la podredumbre de nuestras instituciones del orden y que se suma a los demás casos de narcotráfico que aún esperan ser aclarados.
¿De qué sirve continuar manteniendo a la Dican cuando estamos observando comportamientos inaceptables de sus oficiales?.
Por cierto, ¿dónde está el proyecto de ley de reforma de la Policía que duerme largo sueño en el Congreso? Señores, esto es urgente!!!!!!!!!!