Si yo fuera de los que hacen y proponen leyes, propondría la ampliación de la cantidad de diputados en el exterior para que los más de dos millones de dominicanos que están fuera de la isla, tengan una mayor representación y se sientan verdaderamente valorados.
Todos sabemos los grandes aportes que hacen los dominicanos de la diáspora a través de las remeses y otros envíos que hacen a sus familiares en el país, lo que representa una columna importante en la dinámica económica nacional.
Parte de esas remesas, de las que tantos alardes hacen los gobiernos, son frutos de las pocas oportunidades encontradas por muchos de esos migrantes que se aventuran a buscar mejor vida fuera de su tierra.
Sin embargo, hasta ahora no hay nada que se pueda señalar como un beneficio creado en favor de la diáspora, cuando no aparenta difícil crear mecanismos a modo de compensar lo que hacen por el país.
Siendo los dominicanos en el exterior más de dos millones, parecería poco que tengan siete diputados como representación, cuando es con lo único que pueden contar cómo desde el Estado dominicano.
Si en la Cámara de Diputados se crearon posiciones con poco sentido, y me refiero a los diputados nacionales, como si los demás hicieran una función diferente.
Para que la diáspora tenga una mayor representación en el Congreso Nacional, no habría que crear más posiciones, bastaría con asignarle esos diputados nacionales, que no son más que un regalo a los partidos, porque nadie los elige. Los diputados de la diáspora sí tienen que ser electos, y el proceso no es nada fácil, porque cada una de las tres circunscripciones comprende varios países, además de que conseguir el voto es más complicado no es tarea fácil.
La clase política debería dejar de buscar provecho con ese segmento de los dominicanos, y pasar de las promesas a los hechos, hacer cosas reales con las que los de la diáspora puedan contar como beneficios, merecen sentirse que son importantes, no que solo son buenos por lo que aportan.
Los de la diáspora merecen más, porque tienen los mismos derechos que los que están aquí, y sus aportes son más que los que hacen muchos de los que están aquí. Los dominicanos de la diáspora merecen más.