La deuda pública mundial se ha incrementado durante las últimas décadas. La debilidad del crecimiento, el aumento de las tasas de interés y el riesgo de depreciación de las monedas provocan una dinámica desfavorable de la deuda pública.
Con la irrupción de la pandemia del COVID-19, que provocó altas necesidades de financiamiento, y el deterioro de los factores que inciden en la dinámica de la deuda, los responsables de formular políticas públicas en muchos países se ven sometidos a una presión cada vez mayor de encauzar la deuda pública en una trayectoria de sostenibilidad.
Actualmente, la deuda pública mundial se ha quintuplicado desde el año 2000 muy por encima del PIB mundial, que se triplicó en el mismo período.
Los datos son muy contundentes al respecto; la deuda pública mundial, que comprende la deuda interna y externa del gobierno general, alcanzó un monto de 92 billones de dólares en el año 2022, cifra astronómica.
Los países desarrollados deben aproximadamente el 70 % del total, y los países en desarrollo el 30 % respectivamente. Entre los países desarrollados más endeudados están México, China, la India y Brasil. En cambio, Estados Unidos, Reino Unido, Francia., Alemania, Italia, España, Japón y Australia, encabezan los países desarrollados.
Este excesivo endeudamiento tiene importantes implicaciones redistributivas y de oportunidades perdidas, y mucho más en los países en desarrollo. Muchos de estos recursos se desvían, en vez de ser invertidos en infraestructura y en políticas sociales que mejoren las condiciones de vida de la población.
En América Latina y el Caribe, los intereses pagados superan el gasto social de los gobiernos centrales en salud, como son los casos de Barbados, Honduras, Jamaica y Trinidad y Tobago.
En el plano local, los datos oficiales indican que la deuda consolidada se ha estabilizado en un 59.8 % del PIB, el 44.7 % corresponde al Gobierno central y el 15.1 % al Banco Central. Sin embargo, el pago de intereses pesa mucho aún, este representa el 3.0 % del PIB, y apenas se invierte el 2.0 % del PIB en salud. Cuidado con esa dinámica de la deuda pública