La deshumanización de los médicos

La deshumanización de los médicos

La deshumanización de los médicos

José Miguel de la Rosa

Ejercer la medicina siempre ha sido un privilegio. Los médicos siempre han sido merecedores de un especial respeto social, incluso más que otros profesionales.

Esto dado por la inigualable labor que desempeñan los galenos y el compromiso que representa ser responsable de la salud de sus pacientes.

Esa función, con el paso de los años, ha ido perdiendo calidad humana y los galenos, en su mayoría, ya no son como antes. Existe una notable diferencia entre los médicos pos modernidad y los tradicionales o los de antes.

Con esto no quiero decir que los médicos más adultos sean mejores que los jóvenes, simplemente me refiero al trato que recibíamos cuando por alguna razón teníamos que acudir a un centro de salud donde nos encontrábamos a un doctor o una doctora que nos trataba como parte de su familia, porque nos brindaban un trato humanitario, se preocupaban, mostraban interés por la mejoría de sus pacientes.

Esos médicos de antes, a pesar de no contar con los avances tecnológicos que tiene la medicina de hoy, no veían a las personas como clientes, sino como pacientes.

Porque entendían que si usted iba donde ellos era porque necesitaba de su servicio, porque necesitaba atención, y ese trato se ha ido perdiendo en el ejercicio de la medicina.

En la actualidad, esa clase médica humana, sensible, familiar, amable, desinteresada, comprensible y que no dejaba morir a las personas por falta de recursos o de seguro, ha ido desapareciendo, aunque todavía podríamos tener la “suerte” de encontrar doctores, doctoras y personal de la enfermería con esa condición, con vocación de servicios, que más allá del interés económico ven a una persona.

Dejar de atender a un paciente porque no tiene seguro médico, porque los parientes no hayan depositado una determinada cantidad de dinero previamente, alegar que no hay espacio para ingresarlo, darle un trato discriminatorio por su condición socio-económica y otras barbaridades, la tienen que vivir cada día muchos pacientes, no solo en centros públicos, también en los privados.

Un caso como el de Claudio Caamaño, quien anduvo varias clínicas herido luego de tener un accidente y que terminó siendo víctima de este sistema indolente, es muestra de eso a que hago referencia.

Como ese son muchos los procesos que ocurren diariamente, pero no causan impacto mediático porque los involucrados son “hijos de machepa”, que igual tienen un valor y merecen ser atendidos con dignidad.

¿Qué está pasando con esos profesionales llamado a salvar vidas? ¿Acaso habrán modificado el juramento hipocrático sin que nos diéramos cuenta? ¿Dónde han ido a parar las normas éticas y morales de algunos médicos?



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