La elección de Pablo Enrique Ulloa como Defensor del Pueblo ha sido bien ponderada por sectores empresariales y de la sociedad civil que ven en él a la persona idónea para la posición, en el entendido, de que no tuvo previamente militancia política.
Pero, mientras la comisión del Defensor del Pueblo escogía los nombres para conformar las ternas, Ulloa no fue incluido como titular sino como adjunto.
Esto a pesar de que dicha comisión elaboró un esquema de puntuación que sirvió de base para valorar las presentaciones de los aspirantes a Defensor además de su hoja de vida.
Fue entonces cuando el diputado Juan Dionisio Rodríguez Restituyo dio la voz de alerta.
“¿Cómo es que el más votado de ese listado no haya sido tomado en cuenta para ser el Defensor del Pueblo? Yo quiero que me expliquen eso. Que me expliquen por qué lo dejaron como adjunto”, dijo tras afirmar que no se podía tener privilegios con nadie y que sometería un informe disidente pues también formaba parte de la comisión.
Esto causó revuelo entre los integrantes de la comisión y del mismo presidente del hemiciclo, Alfredo Pacheco, quienes explicaron que los legisladores tomaban en cuenta otras características de los aspirantes.
También se dijo que Ulloa no había participado en la contienda con intenciones de ser titular sino adjunto.
Cuando el informe fue presentado, la comisión recomendó cinco nombres entre los que se encontraba Ulloa.
Fueron estos: Ramón Bienvenido Martínez Portorreal, Henry Modesto Merán Gil, Elizabeth del Rosario Rodríguez Díaz de Álvarez, Francisco Alberto Sánchez Holguín, Fidel Santana Mejía y Pablo Enrique Ulloa Castillo.
Fueron escogidos en terna de titular Fidel Santana con el número uno, Henry Modesto Merán con el número dos y en tercer lugar, Ulloa.
Se debe citar que por costumbre, las personas que encabezan las ternas eran posteriormente escogidas directamente para la posición por lo que Santana, figuraba como el seleccionado como Defensor con la añadidura de que había renunciado a su militancia política previamente.
Una condición que si bien no era ilegal, era una promesa de campaña del oficialismo.
Fue así como estos tres nombres pasaron al Senado. Una comisión presidida por el senador Ricardo de los Santos les evaluó y extendió hasta su mismo final, el plazo de treinta días otorgado constitucionalmente para su elección debido a la falta de acuerdos entre las fuerzas políticas, pues unas nuevas directrices indicaban que el señalado para la posición era el abogado Henry Merán.
Finalmente, los legisladores del Partido Revolucionario Moderno decidieron no crear ruidos en torno a la designación y optar por inclinarse por Ulloa quien había sido ampliamente respaldado por miembros de la sociedad civil.
A esta postura se sumó el Partido de la Liberación Dominicana junto a sus tres senadores lo que completaba la mayoría requerida para las dos terceras partes exigidas en la Constitución.
Un largo camino, pero sin lugar a dudas, el diputado Rodríguez Restituyo lo inició.