La decisión de Marileidy Paulino se asemeja bastante al famoso eslogan que identifica a la compraventa “La que se ve de lejos”. Sé que mucha gente aquí no se dio cuenta del papelazo que hizo la cuarteta dominicana mixta en el cierre del pasado Campeonato Mundial de Relevo, efectuado recientemente en Bahamas, ya que toda la publicidad se centró en el logro de haber clasificado a los Juegos Olímpicos de París.
Aunque es justo destacar que para materializar esa hazaña, Marileidy tuvo que hacer un esfuerzo sobrehumano para avanzar desde la quinta posición hasta la segunda.
El domingo, en la última competencia sucedió lo mismo con los competidores Erick Joel Sánchez, quien sustituyó a Alexander Ogando, que había corrido el sábado; Anabel Medina y Yeral Núñez, quienes le entregaron en el quinto lugar a Marileidy, que no tenía razón para hacer el mismo esfuerzo, por lo que llegaron con pésimo tiempo de 3:16.68, muy lejos del 3:10.73 de Estados Unidos, que ganó la competencia.
Cuando vi a Marileidy concluir la carrera en un lejano quinto lugar, sabía que algo iba a estallar y así se lo comenté a mis compañeros Bienvenido Carmona Jr. y Justo de la Cruz.
Al día siguiente sucedió lo esperado: Marileidy, con todas las razones del mundo, decidió apartarse de la cuarteta 4×400.
Llegar entre las últimas en cualquier competencia afecta el marketing de Marileidy y eso se debe respetar.
Aunque todo lo narrado anteriormente es entendible, es necesario saber que los responsables de esta situación están en la Federación de Atletismo, que dirige Gerardo Suero Correa.
Esa entidad está como los taínos, divididos en Cacicazgos. Están los caciques Ludwing Rubio, a pesar de estar suspendido por el gran jefe Suero Correa; Félix Sánchez y el cubano Yaseen Pérez, quien aunque es extranjero ha cogido mucha fuerza por ser entrenador de Marileidy, y Anabel Medina. En otra entrega ampliaré sobre las maniobras que hacen estos caciques que, por sus intereses particulares, están empujando al abismo el futuro del atletismo dominicano.