La culpa la tiene la Covid-19

La culpa la tiene la Covid-19

La culpa la tiene la Covid-19

Lady Reyes, directora de Encuentros Interactivos.

Sí. Así como lo lee. Qué título para mi primera columna de 2021. Ahora todo es culpa de la pandemia y para muchos el 2020 no debería contar como “vivido”.

En verdad que el año que dejamos atrás el 31 diciembre a las 12:00 de la noche, para la gran mayoría sin grandes celebraciones, fue un año como ningún otro, pero no se equivoque, todos y cada uno de nosotros vivimos sus 365 días.

Debo reconocer que no todos vivieron cada uno de sus días, hubo muchas excepciones. Aquellos que nos dejaron, unos a destiempo, otros por causas ajenas a la enfermedad que nos privó de “estar juntos y reburujados”.

Para ellos pedimos el descanso de su alma. Que Dios brinde a sus familias fortaleza para sobrellevar la pérdida.

Hay que reconocer que el 2020 fue un año como ningún otro, pero se dice por ahí “no es lo que te pasa lo que determina quien eres, es lo que haces con lo que te pasa”. Así que, desde mi punto de vista, la Covid-19 nos recordó esas pequeñas, pero muy importantes cosas que estábamos olvidando en el vaivén de los “afanes diarios”.

Veamos el vaso medio vacío. En el 2020 ganamos perspectiva sobre las cosas que realmente importan, como la salud y la de nuestros seres queridos. Aún a la distancia, dimos justo valor a las personas y las experiencias que, todavía hoy, seguimos extrañando porque, aunque cambiamos de año, no cambiamos de circunstancias.

Hoy por hoy debemos seguir cuidándonos y cuidar a los demás. Dar gracias porque, por lo menos en mi caso, tengo salud, mis carajos y madre también, mis amigos, familiares y compañeros de trabajo y relacionados siguen respirando, a la distancia, pero presentes. Y eso, señores, en estas circunstancias, es un valor por el que debemos de dar infinitas gracias. Respirar, existir.

No culpemos al Covid-19 de nuestros errores y equivocaciones como personas, país y planeta. Recuerden que cosechamos lo que sembramos, y como planeta estamos “en el tiempo de las vacas flacas”. Ahora la pregunta es: ¿Qué vamos a hacer? ¿Lamentarnos, caer al piso y no levantarnos o mirar borroso por las lágrimas? Absolutamente no.

Vamos a seguir adelante, a seguir reinventándonos y adaptándonos, siempre en gratitud por las pequeñas o grandes oportunidades de ser y estar. Juntos. Sacando lo mejor de nosotros y las circunstancias. Así prefiero vivir este 2021. ¿Y tú?



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