La gran cuerda que daban los liceístas a los demás fanáticos -y la cogían- era que el Licey tenía que ir siempre a la Serie del Caribe.
Ello provocaba, ahora en menor magnitud, que muchos fanáticos dominicanos apostaran a México, Venezuela y Puerto Rico.
Los Tigres habían ganado cinco clásicos caribeños cuando apareció la primera corona de otro club, Escogido (1988).
El conjunto azul llegó a siete títulos antes que las Águilas se estrenaran con un triunfo en 1997, quitándose ese mono de la espalda.
Los Gigantes debutan hoy tras el vigésimo cetro dominicano y los otros 19 se los reparten: Licey (10), Águilas (5) y Escogido (4).
Esta vez los quisqueyanos, siempre favoritos, descansaron un día antes de arrancar y jugarán cuatro días seguidos y seis si avanzan a la final. La Serie del Caribe es un evento socio-deportivo que genera cuantiosos recursos económicos y aunque ya no van muchas figuras el nivel competitivo se mantiene y por ello México es doble campeón vigente.
En algunos deportes los atletas se mantienen concentrados durante las competencias, pero en el béisbol caribeño resulta casi imposible y se apela a cierta moderación. Fiesta por doquier, mujeres hermosas, mucho dinero, espectáculos, cómodas habitaciones, vehículos, aguajes. ¡Hoy se bebe!