Santo Domingo.-Pese a ser odiada, aplastada y vilipendiada verbalmente por muchos cuando hace su repentina aparición poniendo a todos con los nervios de punta, la cucaracha también juega su rol en el ecosistema.
Este desagradable e invasor insecto del que existen en el país más de cincuenta especies, siendo las más comunes las periplanetas americanas y australianas, así como las curianas que frecuentan en viviendas urbanas, sirve para polinizar flores, especialmente de cactus, en las aéreas campestres.
La plaga también descompone materias orgánicas que luego abonan la tierra y, limpian las cavernas al ingerir parte de las sustancias dañadas de hojas y otros desechos que van a parar allí, en ese protector de aguas soterradas.
Su peculiar e indeseable olor generado por una de sus hormonas, que la generalidad detesta, es el mecanismo de defensa con que cuenta para alejar a los enemigos que se la comen.
No quiere decir que hay que convivir con ellas, por el contrario, en las casas son una fuente de contaminación, que puede provocar enfermedades.
De ahí, que Brígido Hierro García, biólogo y técnico en especies exóticas del departamento de Recursos Genéticos de la Dirección de Biodiversidad del Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales, ve como una necesidad erradicarlas, eliminando los desechos orgánicos de los hábitat donde frecuentan, como zafacones y maceteros.
Importadas
Las que predominan aquí son las periplanetas americanas y australianas, propias de estas regiones, conocidas como voladoras y guaguas, importadas en equipajes, maderas y furgones.
Las voladoras son cosmopolitas, comenta Hierro García, y agrega que aunque no es un ortocteroides sí guarda relación con ese tipo de insectos.
Tiene tres pares de patas (hexápodas) y como muchos otros insectos se caracteriza por tener las alas rectas, de color marrón.
En el país hay mas de cincuenta especies invasoras, porque ocasionan algún daño, pero la gran mayoría en el campo son beneficiosas porque ayudan con la polinización, que fertiliza las flores para su reproducción, igual que otras especies requieren de ellas para reproducirse.
Según Hierro García, tienen un rango de 2 a 5 centímetros, reproducen miles de huevos fértiles todo el año y son muy resistentes a los cambios ambientales. Una muestra, sobrevivió a la bomba atómica. Hoy día se dice que también son indicadoras de los cambios climáticos.
Bonanza
Las voladoras, especialmente en mayo y noviembre, aparecen con más frecuencia y hacen una especie de danza, que les indica bonanza, porque cuando hay agua abundan los alimentos.
Aparecen de noches porque les gusta la oscuridad, que les evita la disecación, ya que el sol les hace perder agua, además de evitar ser atacadas por enemigos.