La crisis del mar Rojo y la inflación importada

Si algo caracteriza el mundo de hoy es la palabra “incertidumbre”. Son varios los sucesos o choques externos, como decimos los economistas, que han ocurrido a partir del año 2020. Veamos, a saber: el Covid-19, el conflicto bélico Rusia-Ucrania, y el más reciente de Israel y Palestina.

A pesar de que el conflicto entre Rusia-Ucrania, que se inició en febrero del 2022, luce en baja intensidad. Sin embargo, el de Israel y Palestina tiende a agravarse, con la posibilidad de convertirse en un conflicto regional, y con altísimas repercusiones económicas.

Lo que está ocurriendo alrededor del mar Rojo, no sólo es un problema de suministros, es una “crisis marítima”, cuyos precios y costes de embarcación han subido demasiado.

Los fletes se han disparado, y en última instancia, con posibles repercusiones en la inflación de las economías en este año 2024. Y que, si ocurriera, se retrasaría la bajada de los tipos de interés planeada por los bancos centrales.

Después que los bancos centrales, en la mayoría de los países, impulsaron políticas monetarias restrictivas para reducir la inflación, con lo que también desaceleraron el crecimiento de las economías, ahora esta crisis en el mar Rojo puede revertir todo ese esfuerzo “costosísimo” realizado por los bancos centrales para reducir la inflación.

Lo que esta ocurriendo en la zona del mar Rojo, que incluye el estrecho de “Bad al Manded”, el “Canal de Suez” y el estrecho de “Ormuz”, crea un problema en el flujo del comercio global, particularmente todo el comercio desde Asia hacia Europa.

Los estudios indican que por esos estrechos circula el 16 % del volumen del comercio mundial y el 20 % del consumo mundial de petróleo.

La situación alrededor del mar Rojo y sus estrechos se torna muy preocupante en la medida en que el conflicto Israel-palestina empeora. Los estudios indican que cada vez que los fletes se duplican, la inflación se eleva en un 0.7 %.

Es importante que nuestras autoridades estén muy pendientes de este conflicto, porque asecha el “fantasma” de la inflación en 2024.