la distribución del ingreso tiende a ser menor ante la presencia de altos niveles de corrupción. ARCHIVO
SANTO DOMINGO.-La corrupción tiene efectos más letales sobre la economía dominicana de lo que se puede esperar, ya que ésta no sólo perjudica los ingresos del Estado, sino que también aumenta la desigualdad social y limita la distribución de los ingresos, lo cual contribuye a profundizar los niveles de pobreza.
La República Dominicana es el octavo país más corrupto de América Latina y el Caribe, ocupando el puesto 129 en un ranking mundial de 180 países, publicado por Transparencia Internacional en 2018.
Ese año, el Índice Percepción de la Corrupción del país se colocó en 30 puntos sobre 100, uno más que el 29 registrado en 2017, nivel que se sigue considerando “alto”.
Ese ligero movimiento no parece ser un gran deterioro hasta que se analizan de manera individual los efectos de ese comportamiento sobre la economía dominicana.
Efectos letales
En concreto, por cada punto que aumenta la percepción de la Corrupción, el Producto Interno Bruto Per Cápita del país disminuye -0.7%, y el Coeficiente de Gini (índice que mide la desigualdad) baja -2.36% respectivamente.
“Esto significa que la distribución del ingreso tiende a ser menor ante la presencia de altos niveles de corrupción…. por lo tanto, se eleva la desigualdad”.
Estos son parte de los resultados arrojados por una investigación de la Escuela de Economía de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), denominada “Impacto de la corrupción en la economía de la República Dominicana, periodo 2007-2017”.
El análisis, elaborado por los economistas Nayaric Lisbet Taveras Duarte y Vicente Luis De Peña, explica que la corrupción afecta la distribución de los ingresos, ya que cuando se presenta en forma de sobornos, estos son otorgados principalmente a personas privilegiadas, quienes son los que poseen el poder de ofrecer algo a cambio.
Además de que, a través del tráfico de influencias, se suele beneficiar a un grupo selecto de personas, contribuyendo así a perpetuar la desigualdad social.
Este fenómeno tiene el poder de promover la permanencia de la pobreza, ya que, según Taveras y De Peña, cuando hay corrupción las autoridades dirigen parte de la inversión pública hacia grandes proyectos de infraestructura, posiblemente a expensas de gastos básicos como la educación y la salud.
En ese sentido, sustentan que por cada punto que sube la Percepción de la Corrupción, el índice de Desarrollo Humano y la inscripción escolar tienden a caer en 3.2% y 5.2% respectivamente.
De manera que la corrupción está asociada con niveles más bajos de educación, salud, desarrollo socioeconómico y, por lo tanto, niveles más bajos de capital humano.
Sufre el gobierno
La investigación presentada como un trabajo de tesis para optar por el título de Licenciado en Economía añade que los ingresos del Estado también son víctimas de la citada perversión.
Indica que cada vez que ésta sube en la proporción señalada el gasto y la recaudación tributaria disminuyen en un 1.31% y 9.54%, respectivamente.
“Este resultado es consistente con la teoría, puesto que estudios demuestran que la corrupción puede provocar la pérdida de ingresos fiscales cuando adquiere la forma de evasión fiscal o el uso indebido de exenciones fiscales discrecionales”, advirtieron.
Por ahí se podría explicar los altos niveles de evasión fiscal que, según ha citado el director de Impuestos Internos (DGII), Magín Díaz, ronda el 60% en el caso del Impuesto Sobre la Renta (ISR) y se mantiene cerca del 43% en el caso del Impuesto sobre la Transferencia de Bienes Industrializados y Servicios (ITBIS).
Inversión sube
En cuanto al gasto, en sociedades corruptas los recursos suelen desviarse de la formación de capital humano (salud y educación) hacia actividades de mejora de la capacidad, lo que reduce el potencial de desarrollo de los países.
La investigación, asesorada por el vicedecano de la Faculta de Economía de la UASD, Antonio Ciriaco Cruz, argumenta que existe una relación positiva entre la corrupción y la inversión extranjera directa, ya que si bien es cierto que los inversores pueden encontrarse indispuestos al pago de sobornos, otros consideran estos pagos como una herramienta para disminuir el tiempo de espera de los permisos.
Asimismo, también es posible que los empresarios eviten inspecciones, reduzcan impuestos o hasta es posible que reciban fondos del Gobierno.
Es por eso que Taveras y De Peña consideran que urge la necesidad de elaborar estrategias que ayuden a mitigar este delito.
Comportamiento
—1— Poco avance
El comportamiento de los niveles percibidos de corrupción ha variado poco entre 2007 y 2018, oscilando entre 26 y 33 puntos.
—2— Comparación
América Latina y el Caribe presenta un nivel promedio de corrupción percibida de unos 42 puntos, muy por encima de las economías avanzadas, que ostentan un promedio de 72 puntos.