A los que habían escuchado pero no sabían qué es “acabar con to”, díganle simplemente “lo que hizo Licey este año”… Pero esa corona envuelve un mensaje digno de imitar por los otros cinco equipos para evitarles tanto sufrimiento a sus fanáticos…
Esta fue fruto de una disciplina bien aplicada… Es verdad que los jugadores se fajaron en el terreno, pero denle crédito al gerente Audo Vicente y a esa directiva que apoyó sus medidas para imponer el orden… Por ejemplo, Audo acabó la chercha de Hanley Ramírez y Erick Aybar, de quitarles turnos a la nueva generación, rindiendo poco y cobrando una ‘funda’, puso en su puesto a Nomar Mazara y a Yermín Mercedes, le tumbó el pulso a O’neil Cruz y hay un etcétera más largo que la cola de una chichigua…
Antes de iniciar el torneo, Vicente advirtió que “aquí no valdrán los nombres, aquí jugará el que esté en forma y pasar por la paralela antes de debutar, llámese como se llame”… Así lo hacía Moisés Alou en el Escogido y con él también se vieron los frutos… ¡Salve campeones!…
Aquí hay peloteros que hacen cosas que ni en sueño se atreven en Grandes Ligas… Tienen de relajo a sus equipos…
Y los gerentes lo aceptan, para sufrimiento de sus conjuntos y fanaticada, solo para que no se quillen… O es que ustedes quieren un ejemplo de burla más grande que el que pretendió hacer Guerrero Junior con el Escogido, de debutar después que lo eliminaron, mientras se la pasaba jugando softbol en Don Gregorio…
¿O la chercha de Zoilo Almonte con las Águilas, de jugar un poco para ganarse el fajo de resolverle la Navidad a su entorno y a la hora buena soltar el equipo en banda?