SANTO DOMINGO.-Cuando un sonido se convierte en un ruido insoportable que sobrepasa los 55 decibeles o una intensidad que no toleran los órganos sensoriales afectando la sanidad humana, este se ha convertido en contaminación sónica.
La señal inmediata y diferencia entre el sonido y el ruido es que la presencia que el último crea malestar y puede traducirse en daños a la salud de las personas, según Juan Tomas Filpo, director de Fiscalización y Supervisión Ambiental del Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales.
A propósito del Día Internacional de la Concienciación de Contaminación del Ruido, este 25 de abril, Filpo explicó que cuando alguien siente molestia por una conversación fuera de tono, una bocina exorbitante, el ruido de un avión, una explosión, una “disco light”, el bullicio de la guagua ‘platanera’, así como por una planta eléctrica o compresores se trata de fuentes de contaminación sónica.
Zonas de tranquilidad
“De ahí, que se han organizado zonas de tranquilidad, dependiendo de las actividades que el ser humano desarrolle, como son los hospitales, escuelas e iglesias, que son lugares de máximo silencio.
En cambio, en una zona industrial donde coexisten naves industriales de distintas naturalezas se van a encontrar ruidos que sobrepasan los 55 decibles”, precisó Filpo.
En el país, explica el funcionario, se han clasificado las zonas en tranquila, semi tranquila e industrial.
Por igual, en las avenidas y carreteras se han establecido niveles mínimos y máximos en relación a los ruidos.
Agregó que está comprobado clínicamente que los efectos derivados de la contaminación sónica guardan relación con el insomnio, estrés y pérdida progresiva de la audición en las personas.
Pérdida auditiva
“Si un individuo está sometido con frecuencia a ruidos que sobrepasan los 55/60 y hasta los 80 decibeles es casi seguro que perderá la capacidad auditiva, que se origina entre el oído medio y la trompa de Eustaquio.
“Tenemos la Ley 287/04, sobre Prevención, Supresión y Limitación de Ruidos Nocivos y Molestos que producen contaminación sonora, una propuesta del Ministerio de Medio Ambiente, al igual que las normas.
Ahora en 2019 fue aprobada en el Senado una compilación completa que contiene sanciones drásticas a quienes violen las reglas, especialmente en las proximidades de hospitales, escuelas, áreas residenciales e iglesias”, detalló Filpo. Los colmadones figuran entre los sitios que más contaminación sónica provocan en el país.