SANTO DOMINGO.-Los residuos de aparatos eléctricos y electrónicos (RAEE) tienen la particularidad de contener en algunos casos sustancias peligrosas que implican una adecuada gestión desde su generación, almacenamiento, transporte, tratamiento y una disposición final adecuada, para garantizar la sostenibilidad ambiental.
Aunque los usuarios no tienen incidencia en la selección de la materia prima con que se elaboran los aparatos eléctricos y electrónicos (AEE), sí pueden escoger estos artículos de bajo consumo de energía hechos con materiales biodegradables; desechar los que tienen sustancias tóxicas, optar por los de más vida útil y comprar a suplidores que al término de la vida útil de ese artículo, lo reciban para otro aprovechamiento.
Entre esos equipos figuran televisores, celulares, neveras lavadoras, acondicionadores de aire y computadoras, en torno a los cuales la Oficina Presidencial de Tecnologías de la Información y Comunicación (Optic), Medio Ambiente y otras entidades se han enfocado y lanzaron la Norma para la Gestión de los Residuos de los Aparatos Eléctricos y Electrónicos NORTIC A8: 2019, con la idea de que las instituciones del Estado reduzcan los residiuos altamente contaminantes desde la compra y garanticen una efectiva disposición final.
Con las compras sostenibles, ciudadanos y empresas público-privadas evitan que los daños que generan esos desechos no se reviertan contra la salud de la gente.
Si en su última etapa estos aparatos son lanzados al descuido contaminan las aguas, suelo y aire, que son recursos vitales para la vida.
Componentes
De acuerdo con Zacarías Navarro, director de Normas e Investigaciones Ambientales, y Diokasty Payano, analista de Gestión Ambiental del Ministerio de Medio Ambiente, muchos de estos residuos contienen metales ferrosos, plomo, cadmio, cobre, plástico, cloro floro carbono (CFC) y otras sustancias como aceites, que al hacer contacto con las aguas, suelo y aire impactan esos ecosistemas.
“Son residuos especiales que en algunos casos tienen sustancias peligrosas que requieren ser controladas”, explicó Zacarías.
Agregó que el impacto ambiental inicia desde la selección de la materia prima para construir ese artículo, el proceso de consumo de energía para producirlo, el consumo de energía del artículo en su uso, y los residuos que este genera hasta el final.
En este sentido, Diokasty Payano dijo que la mayoría de los residuos manipulados inadecuadamente impactan al medio ambiente y la salud.
Sin embargo, con una gestión integral estos pasarían a ser una fuente de empleo y de generar riqueza. Otra situación es que al llegar estos residuos a los vertederos a veces son incendiados y provocan emisiones. Lo ideal es una economía circular para que retornen a su lugar de origen.
—1— Garantías
Una de las exigencias que les hacen a los fabricantes es que los artículos sean reparables, de una larga vida y caducidad no programada.
—2— Refrigerantes
Equipos como las neveras contienen CFC, que dañan la capa de ozono.
Investigaciones
— Daños a la salud
Según Diokasty, estudios hechos en países utilizados como referentes dan cuenta que los RAEE provocan problemas del corazón, diarrea, edema cerebral y cáncer.