La condena en la Segunda Sala de la Cámara Civil y Comercial del Juzgado de Primera Instancia de Santiago, que obliga a pagar 4.5 millones de dólares al exlanzador Bartolo Colón, creo que no tiene precedentes para un atleta en el sistema jurídico de la República Dominicana.
Es un caso bastante complejo, porque se basa en un acuerdo verbal entre el demandado y los médicos demandantes que lo asistieron en el proceso de aplicarle células madre en 2010.
Es seguro que los representantes de Colón apelarán el fallo del juez José Luis García, porque no estamos hablando de cheles, la condena asciende al pago de unos 288 millones, que por muy devaluado que esté el peso es una cifra que no la brinca ni “un chivo liniero”.
Después que Bartolo regresó a Grandes Ligas, vuelta que se le atribuye al éxito del tratamiento, se calcula que obtuvo contratos por 45 millones, cifra a la que hay que aplicarle un descuento de aproximadamente un 35 por ciento por pago de impuestos.
Es una situación que todavía se puede resolver amigablemente, porque si bien es cierto que la cifra es muy elevada, los doctores Rafael Guzmán y Leonel Francisco Liriano deben ser recompensados.
Decía mi abuelo, que tenía negocios de ganado a principios del siglo pasado, que la palabra empeñada hay que respetarla, aunque en los tiempos modernos eso es pura basura, porque te engañan hasta con documentos avalados por notarios.