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La Colombia de mi infancia, de atentados y bombas, parece estar repitiéndose hoy

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📷 Peritos forenses trabajan en los alrededores de la estación de policía del barrio Meléndez donde ocurrió un atentado este martes, al sur de Cali (Colombia).

El pasado sábado, cayendo la tarde, mientras hacía bureo en mi televisión en busca de algo que me entretuviera, me topé con una noticia que me dejó con la boca abierta, un intento de atentado contra el senador colombiano Miguel Uribe Turbay, uno de los aspirantes presidenciales del partido uribista Centro Democrático.

La impresión fue la misma que en el caso del atentado contra en entonces candidato presidencial de los Estados Unidos Donald Trump en Pensilvania.

No podía creer que, en pleno 2025 y en medio de tanta pregonada democracia en este lado del mundo, estemos viviendo estas situaciones.

El lunes, comentando la noticia con mis compañeros de trabajo, recordé la Colombia de mi infancia, esa que solo conocíamos a través de los noticieros internacionales. Una Colombia de guerrillas, coches bomba, atentados y secuestros. Parecía una historia del pasado, hasta ahora.

Y como si fuera poco, ayer estalló una bomba en Guachinte, zona rural del municipio de Jamundí, en el departamento del Valle del Cauca, que dejó tres personas muertas. Las autoridades atribuyen el ataque a disidencias de las FARC.

En paralelo, varias explosiones más sacudieron la ciudad de Cali, también en el Valle del Cauca, dejando al menos una persona muerta y varios heridos.

Los colombianos han puesto demasiada sangre como consecuencia de la violencia política y del narcotráfico. Sin embargo, en los últimos años, el país había logrado importantes avances hacia la resolución de esos conflictos históricos.

Lo de estos días es una señal peligrosa y no debe ser ignorado.

El país no puede permitirse retroceder.

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Edili Arias

Edilí Arias, periodista. Especialista en temas de salud.

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