La codicia

La codicia

La codicia

David Alvarez

El sistema capitalista es intrínsecamente malo por tener a la codicia como motor de su accionar. Mercados libres y democracia son posibles y deseables sin que la codicia sea su generador.

Todo ordenamiento social es fruto de la acción social y la creatividad humana se juega su desarrollo y felicidad forjando nuevos sistemas.

Las crisis regulares que vive el sistema capitalista a escala global se producen por la codicia de los grandes capitalistas y se resuelven alentando su codicia, como ocurrió con la actual.

La avaricia de los más ricos se alimenta de la vida de quienes trabajan y generan millones de pobres en todo el planeta. Es un sistema perverso que amenaza a la existencia misma de nuestra especie.

La econometría al sevicio de los capitales únicamente ha servido para matar de hambre y enfermedades a poblaciones enteras.

Los números son claros, el dinero se concentra cada vez en menos manos y la miseria se reparte entre las mayorías.
Suponer que los seres humanos únicamente se motivan por el afán de lucro para producir es una antropología de bestias.

El consumo de bienes, cada vez más inútiles, ha pasado a ser una droga que alimenta al monstruo, que aniquila la libertad y transfiere la riqueza fruto del trabajo honesto a las cuentas bancarias de una minoria codiciosa.

Más violencia hay en este ordenamiento capitalista que en todas las revoluciones que se han hecho para intentar cambiarlo, lamentablemente siguiendo estos proyectos designios tan degradantes como el ordenamiento actual.



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