Nueva York.-Coca-Cola Co. intensificará su intento por transformarse al reducir sus operaciones bajo la dirección del presidente ejecutivo entrante, James Quincey.
El gigante de las gaseosas prometió recortar US$800 millones más en costos anuales, que se suman a un plan para ahorrar US$3,000 millones.
La iniciativa de ajuste acompaña la decisión de escindir gran parte de las operaciones de embotellamiento de Coca-Cola, uno de los cambios estratégicos más grandes de la empresa en décadas.
El 1 de mayo, Quincey, de 52 años, tomará las riendas de manos de Muhtar Kent, que vendió plantas de embotellamiento por todo el mundo.
La compañía está intentando resurgir como una empresa más concentrada —y rentable—, que se enfocará en crear bebidas nuevas y vender ingredientes a socios.
Por ahora, los cambios están perjudicando los resultados. Coca-Coca publicó ganancias de 43 centavos de dólar por acción para el primer trimestre, por debajo de los 44 centavos proyectados por analistas.
Un declive en los volúmenes de gaseosas y fluctuaciones cambiarias también afectaron las ventas.
Los ingresos cayeron 11 por ciento el trimestre pasado. Los cambios estructurales fueron responsables de 10 por ciento del declive, afirmó la empresa con sede en Atlanta.
Esta proyecta una caída de uno a tres por ciento, frente a una proyección anterior de hasta cuatro por ciento.
Se anticipa que los ingresos orgánicos suban tres por ciento.
Las acciones llegaron a caer 1,1 por ciento y bajaban a US$42,82 en las operaciones en Nueva York. Este año subieron 4,4 por ciento hasta el cierre del lunes.
Más que refrescos
Coca-Cola y su rival Pepsi se están dando prisa en incorporar más bebidas no gaseosas, para lidiar con un alejamiento de los refrescos tradicionales entre los consumidores.
En 2016, el consumo per cápita de gaseosas en Estados Unidos se hundió al nivel más bajo en 31 años, según Beverage-Digest, una publicación del sector.