París. La icónica catedral de Notre Dame de Francia reabrió formalmente sus puertas este sábado por primera vez desde que un devastador incendio destruyó casi por completo el emblemático monumento de 861 años en 2019.
La restauración, un logro espectacular en solo cinco años para una estructura que tardó casi dos siglos en construirse, se ve como un momento de triunfo para el presidente francés, Emmanuel Macron, quien defendió el ambicioso cronograma, y un esperado respiro de sus problemas políticos internos.
Bajo el luminoso vitral, muchos líderes mundiales, dignatarios y fieles se reunieron para conmemorar la ocasión.
El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, la primera dama actual, Jill Biden, y el príncipe Guillermo de Inglaterra, junto con docenas de personalidades estatales y gubernamentales — 1.500 invitados en total —, asistieron a la celebración de la reapertura bajo los elevados arcos góticos de Notre Dame, presidida por el arzobispo Laurent Ulrich.
Resalta reapertura
«Hemos descubierto lo que las grandes naciones pueden hacer, realizar lo imposible», destacó el presidente francés, Emmanuel Macron, en su discurso en la reapertura de la catedral de Notre Dame.
Se refería así a la promesa de reinaugurar el emblemático templo en tan solo 5 años y medio, y devolverle todo su esplendor tras el incendio que lo dejó parcialmente destruido el 15 de abril de 2019.
«Esta catedral -dijo el presidente francés- es también la metáfora feliz de lo que debe ser una nación y el mundo».
La de Macron fue una intervención breve en el interior de la nave central, poco después de que el arzobispo de París, Laurent Ulrich, abriera simbólicamente las puertas de Notre Dame. Aprovechó para destacar el esfuerzo de quienes contribuyeron a salvarla de las llamas y de todos los que ayudaron después a reconstruirla.
El fuego -explicó- ha puesto en evidencia que «nuestras catedrales son mortales» y que solo la «voluntad» y la «fraternidad» han permitido que sus campanas suenen de nuevo, y que la desaparecida aguja de Notre Dame vuelva a alzarse, recreada, hacia el cielo de París.
«Notre Dame nos dice que nuestros sueños, incluso los más audaces, sólo son posibles gracias a la voluntad de cada uno y al compromiso de todos», reflexionó Macron.
Recordó que la catedral de París ha tenido un papel protagonista a lo largo de la historia -de la mano de Napoleón o de Enrique IV- y también el arte o la literatura, por ejemplo con el retrato que hizo de ella el escritor Victor Hugo.
El discurso de Macron fue el plato fuerte de la parte política o “republicana” -como la denominaban los organizadores-, de la ceremonia, e inicialmente estaba previsto que tuviera lugar en la explanada exterior.
Sin embargo, la lluvia y el viento obligaron a trasladar esos actos de carácter más institucional también al interior. Comenzaron con un vídeo sobre el incendio del 15 de abril de 2019 y la titánica reconstrucción posterior.
Esas imágenes dieron paso a un emocionante homenaje a los bomberos que salvaron la catedral de las llamas. Algo más de 150 de ellos aparecieron entonces en la nave con sus uniformes rojos en medio de un gran aplauso mientras en la fachada iluminada se proyectaba un gigantesco “merci” (gracias).
Una vez terminado el discurso de Macron, volvió a tomar la batuta el arzobispo Ulrich para proseguir con los pasajes más litúrgicos y religiosos de la ceremonia de reapertura, incluida la lectura de un mensaje del papa Francisco.