La cara oculta de la Luna: por qué tardó tanto su exploración (y por qué es fundamental hacerlo)

La cara oculta de la Luna: por qué tardó tanto su exploración (y por qué es fundamental hacerlo)

La cara oculta de la Luna: por qué tardó tanto su exploración (y por qué es fundamental hacerlo)

La sonda Chang'e 4 de la Administración Nacional Espacial de China es la primera que aluniza en el "lado oscuro" de nuestro satélite.

Este jueves, a las 10:26 hora de Pekín, China marcó un hito sin precedentes.

La sonda Chang‘e 4 se convirtió en la primera en la historia que alunizó en la cara oculta de la Luna.

La denominación de la nave está tan cargada de simbolismo como la misión misma.

Chang’e 4 es el nombre de una diosa, que según la mitología china, habita en nuestro satélite.

Y, según lo planeado, la sonda así bautizada tocó la superficie lunar en el cráter Von Kárman, de más de 180 km de diámetro.

En los próximos días desplegará sus instrumentos para estudiar la composición del terreno, además de realizar experimentos con semillas de patata y capullos de gusanos de seda.

Pero, ¿por qué ninguna sonda había alcanzado hasta ahora el llamado lado oscuro de la Luna, y por qué es importante hacerlo?

«Ya se había propuesto»

Que ninguna misión hubiera llegado a la cara oculta de la Luna se explica por «decisiones políticas y económicas, porque tecnológicamente no representaba ningún problema«, le dice a BBC Mundo Francisco Diego, profesor de astronomía de University College London, UCL, uno de los centros de la Universidad de Londres.

La misión china incluyó la colocación en órbita de una satélite, Quiquiao, que comunica la sonda con la Tierra, ya que el propio cuerpo de la Luna impide una comunicación directa.

Pero tanto la idea de una sonda como de un satélite retransmisor ya habían sido planteadas hace medio siglo.

Imagen de la cara oculta de la Luna
Derechos de autor de la imagen EPA CNSA
La nave china ya envió imágenes sin precedentes de la misteriosa cara oculta de la Luna.

«Cuando tuvo lugar la última misión Apollo, el Apollo 17, uno de los astronautas propuso aterrizar en el lado oculto de la Luna y se había planteado la instalación en órbita de un satélite retransmisor entre la estación en la Luna y la Tierra, que es algo que se está haciendo ahora en la misión china», afirmó Diego.

«Creo que la NASA rechazó la propuesta por cuestiones de presupuesto y de falta de interés, aunque pienso que sí lo debieran haber hecho porque ya había habido 5 alunizajes en el lado visible de la Luna».

Diego señaló que el alunizaje en el lado oculto de la Luna «nunca se había intentado».

«China podría haber aterrizado ahora en cualquier lugar y de cualquier manera se hubiera llevado el prestigio», opinó el profesor de UCL.

Pero escogió hacer algo que ninguna otra agencia espacial había realizado, y eligió además «una región sumamente importante desde el punto de vista geológico».

Más gruesa y llena de cráteres

La misión china es fundamental para el estudio de nuestro satélite y de la historia del Sistema Solar.

La cara oculta de la Luna es muy diferente a la que puede verse desde la Tierra.

Imagen de la cara oculta de la Luna
Derechos de autor de la imagen EPA CNSA
Aterrizar en un área llena de cráteres es un desafío. La sonda china alunizó en un cráter con una superficie plana de cerca de 200 km.

En el lado opuesto de la Luna la corteza es mucho más gruesa y está llena de cráteres.

En el lado visible, en cambio, «la corteza es más delgada y ha sido sujeta a erupciones de magma que produjeron los mares, esas regiones oscuras que vemos a simple vista. Nada de eso existe del otro lado».

Aterrizar en un área colmada de cráteres es un desafío y por eso China escogió una depresión, la llamada depresión de Aitken, donde hace miles de millones de años, cuando el Sistema Solar era muy joven, se produjo uno de los impactos más fuertes que ha habido en el mismo.

La depresión mide más de 1.000 km y uno de los cráteres que contiene, el cráter Von Kárman, «tiene una superficie más o menos plana de cerca de 200 km con espacio más que suficiente para un alunizaje».

Semillas y capullos

Además de estudiar la composición de la Luna, China realizará experimentos en condiciones de microgravedad sobre la germinación y crecimiento de organismos vivos, como semillas de patata, una planta llamada arabidopsis, y capullos de gusanos de seda.

«Estos organismos van en una cápsula totalmente sellada, nada de esto va a salir afuera», explicó Diego.

A través de una membrana transparente los organismos tendrán la energía de la luz solar por lo que las plantas podrán realizar fotosíntesis, crecer y crear las condiciones para que los gusanos puedan desarrollarse.

«Es un experimento muy sencillo, una forma muy barata de aprovechar la misión«, que consiste en estudiar la germinación «en condiciones inhóspitas, con temperaturas muy drásticas porque no hay atmósfera y donde hay mucha radiación».

En la EEI ese tipo de experimentos se realizan bajo la protección de los llamados Cinturones de Van Allen, generados por el campo magnético de la Tierra.

«Nada de esto existe en la Luna, y el experimento biológico también va encaminado a estudiar cómo la vida podría evolucionar sin la protección contra la radiación cósmica«.

«Cadena invisible»

El lado de la Luna que explorará Chang’e 4 es denominado a veces la «cara oscura» de nuestro satélite, pero es «oscura» solamente en el sentido de ser desconocida, ya que es tan iluminada como el lado visible.

La cara oculta no es observable desde la superficie terrestre porque la Luna tarda en rotar sobre sí misma lo mismo que su movimiento de traslación alrededor de la Tierra, lo que hace que el satélite le presente siempre la misma cara.

Dos caras de la Luna
Derechos de autor de la imagen NASA
La cara de la Luna visible desde la Tierra es muy diferente a su lado oculto.

«Lo que pasa entre la Tierra y la Luna se da entre los planetas y sus lunas en todo el Sistema Solar», explicó Diego.

«La gravedad de los planetas domina y ciertas irregularidades en la distribución del peso en las lunas hace que la atracción del planeta sea preferible en cierta parte de las lunas».

«Es lo que se conoce como encerramiento gravitacional. A lo largo de millones de años esa atracción de los planetas es como un péndulo que se va deteniendo y cualquier rotación que hayan tenido las lunas se va frenando».

«Es como si hubiera una cadena invisible que une a la Tierra y la Luna que acaba amarrada a la Tierra y se la queda mirando, la cara que vemos es mas pesada que la cara opuesta y la atraemos con mayor preferencia».

«Una perspectiva diferente»

La sonda Chang’e 4 es sólo uno de los objetivos del ambicioso programa espacial chino.

Se espera que la estación espacial Tiangong 3 esté lista en 2022. La actual administración de Donald Trump en Estados Unidos propuso poner término en 2025 al otorgamiento de fondos federales para la Estación Espacial Internacional, EEI.

Lanzamiento de la sonda china el 8 de diciembreDerechos de autor de la imagen REUTERS
China está aportando «un balance en la exploración espacial», según Francisco Diego.

Si la EEI deja de funcionar, la estación china sería la única en órbita.

Y Pekín anunció además su objetivo de enviar una misión tripulada a la Luna para 2030.

Para Francisco Diego, «China esta contribuyendo de una manera muy importante, porque está dando un balance y una perspectiva diferente».

La exploración espacial se está dando actualmente «en forma unilateral y empieza a ser comercial, con compañías privadas que desean explorar la Luna».

«En mi opinión eso hay que detenerlo por que las acciones unilaterales han creado el grave problema ambiental en la Tierra».

«Yo quisiera ver que a raíz de que tantas instituciones y países están emprendiendo la exploración espacial, haya a una forma de regular internacionalmente esa exploración en forma similar a lo que se hace en Antártica, donde países de todo el mundo colaboran con fines científicos».