En innúmeras oportunidades la justicia, en los tribunales o fuera de ellos, no se aplica con la debida responsabilidad, por una serie de factores internos y externos, que no tienen explicación lógica, por lo menos, para la gente, con toda razón, que entiende que siempre se debe aplicar con la debida imparcialidad y razonamiento lógico.
Empero, esa es una especie de quimera que se queda en simples deseos, que no obedecen a la sed de justicia que en todos los órdenes debe imperar en las sociedades.
No hay peor ciego que el que no quiere ver, ni sordo, como el que no desea escuchar.
El principal elemento que incide en tomas de decisiones que conducen a injusticias, tiene como punto de partida, el desconocimiento de lo hacia lo justo , y en otros casos, la búsqueda de beneficios de diversos tipos y también para “congraciarse y amigarse” con el “poder” en las diversas instancias.
Esa es una realidad que se hace cada día más notoria y popular en este ambiente, donde tener una cuña, es más importante que el conocimiento y las capacidades.
Sin embargo, hay que admitir que esa práctica malsana, no siempre ha sido una constante, porque en casos excepciones , han tenido cumplir con sus responsabilidades, no solo en los tribunales de justicia, sino también fuera de ellos, con el único objetivo de evitar críticas de sectores que están atentos a sus actuaciones.
Algunos pensarán que este tema no tiene ninguna relación directa o indirecta con los deportes, pero no es así, porque en esta actividad como en cualquier otra, existe una interacción que envuelve a un todo. Mientras tanto, como decía el fenecido Manuel Antonio Rodríguez: “La vida prosigue su agitado curso”.