A tres meses de la huelga en la que están los profesores y profesoras de la Escuela Nacional de Arte Dramático de Bellas Artes, la Escuela de Música y la Compañía Lírica, desde enero a la fecha, más de 300 niñas, niños, adolescentes y adultos no ha recibido clases.
¿Quien le pone el cascabel al gato? Esto significa que los profesores/as, no darán sus estómagos a torcer, en realidad son muy mal pagados, el gobierno debe reaccionar, aun hay tiempo, sin negociaciones los estudiantes están propensos a perder su año de educación artística. Cuánto sufren los estudiantes de escasos recursos económicos. Así es difícil romper la cadena de la pobreza, he aquí la verdadera brecha cultual y de la educación artística de la República Dominicana.
En los últimos días he reflexionado acerca de los niños/as y sus sueños, es prudente la pregunta: ¿Cuánto podríamos hacer para ayudar a las futuras generaciones que encarna nuestra infancia? Ronda en mi mente la dulce idea de ver un sueño hecho realidad, que el Ministerio de Educación inserte el arte, como parte fundamental del sistema curricular e incluirlo en su nómina de pago.
Recordemos que el Ministerio de Cultura es un desprendimiento del Ministerio de Educación; su propósito fundamental fue potenciar el acervo cultural del pueblo dominicano y esto se logra con educación, es decir Educación y Cultura, una depende de la otra o se yuxtaponen.
Mi inquietud viene a colación por la gran cantidad de niños, niñas y adolescentes sensibles, talentosos, soñadores, con capacidad de aprender y de enamorar al colectivo social, con la dulce melodía y el gesto histriónico o los encantos que caracterizan a los/as artistas, sin importar si es canto, actuación, dramaturgia, danza, pintura o baile, en todos los casos la gran beneficiaria sería la familia dominicana, a corto mediano y largo plazo.
Un mundo mejor sería, el que esté lleno de personas con sensibilidad y está demostrado que el arte, en el mayor de los casos, refleja la paz, la ternura y el amor que necesita todo conglomerado humano. La armonía que alegra corazones que serena el espíritu y que facilita vivir saciado de humildad y sencillez. Estos son elementos vitales del arte y la cultura que pueden muy bien manifestarse, de forma profesional, en la mayoría de los/as artistas.
Sin embargo los Ministerios de Educación y Bellas Artes deben pactar para lograr la inserción de un programa que fomente el talento artístico en las escuelas y liceos del país, sobre todo en los planteles donde existe la modalidad de tanda extendida con una visión clara de la importancia de esta disciplina y no de relleno.
La expresión artística y cultural es un bien colectivo y su reflejo representativo debe ser además, de justicia social. Se observa que las personas a las cuales se les dificulta desarrollarse en el arte son los hijos e hijas de familias pobres, lo que debe ser tomando en consideración, para un mejor aprovechamiento de los recursos económicos y humanos y es el Ministerio de Educación quien tiene los recursos para ese presupuesto.
Nuestro país debe continuar el camino hacia el progreso, sin olvidar que lo equitativo, lo justo y lo que verdaderamente vale la pena es, que todos los dominicanos y las dominicanas alcancen sus sueños. El Estado no puede proveerlo todo, pero, la educación y la cultura son derechos fundamentales.
En Educación y Cultura podríamos darle a la Educación Artística su justo valor como disciplina noble, sublime y especial, de la cual algún día podremos presumir los dominicanos/as, como síntesis de nuestra identidad o como marca país pero, hay que corregir la brecha.