SANTO DOMINGO.-Salud y alimentación son dos conceptos que van de la mano, por ello todo lo que comes determina en gran medida tu bienestar, evidenciándose en buenos niveles de glicemia, colesterol y triglicéridos.
De ahí dependerá el mantenimiento de un peso adecuado y el buen estado físico y mental.
Quienes se trazaron hacer un régimen nutricional este año, deben saber que lo más importante es hacer un plan coherente con su salud, pues no hay “dietas milagro”, sino objetivos realistas, dado que las que prometen bajar mucho en poco tiempo hacen el efecto contrario.
En este sentido Hipólito Cabral Sánchez, nutriólogo clínico y auriculoterapeuta, destaca que la combinación de un plan nutricional con la técnica de la auriculoterapia, un programa que ha tenido una gran aceptación en el país, permite rebajar a la semana entre 4 a 8 libras y por mes entre 15 a 20 manteniéndolo sin efecto rebote.
En qué consiste
El especialista dijo que este método complementario que data desde 1956 consiste en dos partes fundamentales, el primero, un plan de alimentación que tiene como objetivo ayudar a los pacientes a crear un estilo de vida saludable, en el cual estos puedan crear hábitos alimenticios identificando los que puedan comer diariamente, los que se ingieran una o dos veces por semana y aquellos que pueden consumir ocasionalmente.
El poder de la oreja
Mientras que la segunda parte del programa es con la técnica de auriculoterapia, que consiste en estimular una serie de puntos de acupuntura que se encuentran en el lóbulo de la oreja, con la finalidad de que esos centros energéticos estimulen la liberación de endorfinas y dopaminas para disminuir la ansiedad, el estrés, el insomnio, el dolor y los trastornos depresivos.
El experto afirmó que como es un programa de control de peso tienen que utilizar los nutrientes que proporcionan los alimentos, por ello educan a los pacientes para que puedan reconocer los alimentos tipo A, que los pueden adelgazar, o alimentos tipo E, que pueden engordar.
Menú personalizado
Cabral Sánchez comenta que el manejo del paciente consiste en un seguimiento semanal para su evaluación nutricional, en el cual, según su condición física y metabólica, se le implementa un menú con los requerimientos nutricionales y energéticos.
Agrega: “Los resultados físicos y nutricionales los podemos obtener desde la primera semana, evidenciando una pérdida de peso entre 4 a 8 libras por semana”. Refiere que como su lema es: “El arte de curar sin dañar”, no hay riesgos para pacientes con condiciones especiales por el cambio metabólico, ya que es un régimen natural.
Dentro del proceso de la pérdida de peso no es recomendable ingerir alcohol, suplementos alimenticios y azúcares, ahora bien, ya después de que el paciente logre su peso ideal podría consumirlos no en exceso.
El galeno aclara que la diferencia de este programa es que se trabaja sin fármacos ni suplementos, pues el objetivo general es la prevención y educación de los pacientes para que mantengan un peso saludable por mucho tiempo, pero sobre todo el equilibrio de su organismo.
Testimonios
“Cuando llegué al centro tenía 247 libras y problemas de salud, seis meses después tengo 188 libras para un total de 59 menos. Mis sistemas están controlados y aprendí a comer sano y a tomar agua”.
Anilka Mercedes
PACIENTE
“En mi proceso descubrí la manera de comer saludable y combinar los alimentos. En mi primera semana bajé 11 libras con disciplina. Ahora gozo de un peso ideal de 135 libras, bajé 52 en 3 meses”.
PENÉLOPE TAVÁREZ
PACIENTE
El éxito de una técnica milenaria
Debido a que la ariculoterapia ayuda a controlar los trastornos sicomotores como la ansiedad, estrés, insomnio y el dolor, no hay un objetivo establecido de duración del programa, por ello tan pronto el paciente ingresa al centro se le proporciona una meta dependiendo a su edad y contextura corporal.
Es necesario tomar mucho líquido y una rutina de ejercicios.
Los alimentos del tipo A son pollo, pavo, pescado, marisco, quesos, huevo, vegetales, ensalada, almendra y nueces.
Los del tipo E, pan, arroz, harina, plátano, papa, tubérculos, cereales, azúcar, dulces, chocolate, leche, jugos de frutas y refrescos azucarados.