El sistema de salud pública británico, el NHS, puso en duda los beneficios de la aspirina. El ácido acetilsalicílico se usa con frecuencia en pacientes con problemas cardíacos.
Sin embargo, las nuevas directrices del NHS de Inglaterra y Gales indican que los médicos deben utilizar fármacos más nuevos que la aspirina para tratar problemas comunes del corazón.
El Instituto Nacional para la Salud y la Excelencia del Cuidado (NICE, por sus siglas en inglés) informó que los anticoagulantes como la warfarina son mejores para tratar a personas con fibrilación auricular, una arritmia cardíaca que aumenta el riesgo de sufrir un accidente cerebrovascular (ACV).
No obstante, la warfarina se debe tomar bajo estricta supervisión médica pues puede ocasionar sangrado excesivo y malformaciones congénitas.
La fibrilación auricular (FA), que se caracteriza por latidos cardíacos irregulares, afecta a cerca del 1% de la población general, y al 8% de las personas mayores de 80 años.
Como esta enfermedad hace que el corazón no trabaje tan bien, se pueden formar coágulos que es lo que aumenta el riesgo de un ACV.
Nuevas generaciones
Durante decenas de años se ha utilizado la aspirina para prevenir ACV, pero cada vez más evidencia sugiere que los beneficios de este medicamento son muy pequeños comparado con otros tratamientos.
Las directrices británicas toman en cuenta los más recientes estudios y aconsejan cambiar la aspirina por otros medicamentos anticoagulantes más nuevos, pues consideran que así se evitarán miles de accidentes cerebrovasculares.
NICE también es consciente de los riesgos de la warfarina, por lo que indica que es posible utilizar anticoagulantes más nuevos que no requieran de supervisión médica constante.
Sin embargo, expertos advierten que si se siguen estas directrices, la aspirina se debe dejar de tomar de forma gradual y sólo siguiendo las indicaciones del doctor.
El profesor Peter Weissberg, director médico de la British Heart Foundation, dijo que «los ACV causados por fibrilación auricular son tan comunes como prevenibles, sólo si primero se identifica el ritmo cardíaco anormal y si se prescriben fármacos efectivos para evitar la formación de coágulos».
«Las nuevas directrices de NICE reflejan la evidencia de que la warfarina y los anticoagulantes más nuevos son mucho más efectivos que la aspirina para prevenir ACV», agregó.
«Esto no significa que la aspirina no sea importante y efectiva para prevenir infartos y ACV de otra índole».
Por su parte, el profesor Peter Elwood, experto de la Universidad de Cardiff, reiteró que la aspirina, «hay que dejar de tomarla poco a poco» si ese es el caso.