Frederich E. Bergés
La economía dominicana se sacude con un nuevo fenómeno que actualmente acompaña el fenómeno de alta inflación.
Nos referimos a la actual apreciación del peso dominicano en su relación de intercambio con el dólar estadunidense.
La apreciación de una moneda ocurre cuando esta aumenta de precio con respecto a la otra, como sucede actualmente. Se requieren menos pesos para adquirir dólares, lo contrario sería devaluación: más pesos para adquirir dólares.
Para dar un ejemplo de lo que actualmente acontece, hace un año el tipo de cambio del peso respecto al dólar rondaba los 57 pesos por cada dólar.
En la actualidad ese precio está alrededor de los 54 pesos por dólar, e inclusive menos, llegando más cercano a los 53, presentando una constante volatilidad. Esto significa que en los últimos doce meses nuestro peso se ha apreciado cerca de un siete por ciento con respecto al dólar.
La apreciación se ha producido por una combinación de fuerzas del mercado, así como por la actual política monetaria llevada a cabo por la Junta Monetaria del Banco Central. El país sigue recibiendo un flujo robusto de divisas al mismo tiempo que se le ha ido alzando tasas de interés en pesos en un afán de contener el consumo y limitar la inflación.
Si bien la consecuencia deseada es la reducción de la inflación, cierto es que al abaratarse el costo de productos importados se estimula un mayor consumo.
Esto a su vez se acompaña con un perjuicio al comercio exterior encareciendo nuestras exportaciones, el turismo y diluyendo el poder adquisitivo de las remesas.
Adicionalmente debido a nuestra política oficial de valorizar los instrumentos financieros a su costo diario, las carteras de inversión sufren trasversalmente pérdidas, aunque estas sean de carácter transitorio.
La apreciación de la moneda es un instrumento de doble filo que está siendo constantemente vigilado por los mercados y las autoridades monetarias.
De no controlarse, al igual que cuando se produce el fenómeno inverso de la devaluación, sus resultados pueden resultar perjudiciales para la economía del país.
