Ciertamente que una virtual alianza entre los partidos de la Liberación Dominicana y Fuerza del Pueblo vendría a reestructurar el cuadro político de cara a las elecciones de 2024, primeramente con un impacto en la configuración de las alcaldías, con repercusiones en mayo para los comicios presidenciales.
Pocos pensaron sobre la posibilidad de un entendimiento entre esos partidos de oposición, pero no hay duda de que los expresidentes Leonel Fernández y Danilo Medina han preferido despojarse de sus diferencias políticas para propiciar un acuerdo electoral que implicaría un peligro para la permanencia del poder que tiene el Partido Revolucionario Moderno.
Esa alianza representa un simple reencuentro entre los militantes del PLD y la Fuerza del Pueblo, por lo que no es descartable que haya un cruce de votos en los procesos de febrero y de mayo del venidero año, siempre y cuando las circunstancias favorezca el triunfo de sus respectivas demarcaciones.
Ese acercamiento electoral podría viabilizar que la oposición vuelva a controlar la plaza del Distrito Nacional y de la provincia Santo Domingo, además de la provincia de Santiago, lo que representa más del 40 por ciento del electorado.
El apoyo del PLD, aunque no se llegue a un acuerdo concreto, facilitaría el empuje que necesita Omar Fernández en caso de aspirar a la senaduría por el Distrito Nacional, así como el empuje que requiere Domingo Contreras para materializar su sueño de ser el alcalde de esta plaza, inclusive hasta que Carolina Mejía quiera seguir en el cargo.
Creo que esa alianza pone en peligro cualquier proyecto político futuro de Mejía, ya que corre el riesgo de perder, más cuando dentro del PRM hay sectores que pudieran maniobrar para que ella pueda saborear el polvo de la derrota en febrero.
Nadie ha dudado de que el presidente Abinader no tiene otro camino que buscar la repostulación para los comicios de mayo de 2024, solo que el esfuerzo deberá ser de mayor amplitud en caso de formalizarse la alianza entre el PLD y la Fuerza del Pueblo, independientemente de los resultados de las más recientes encuestas sobre las perspectivas de cara al proceso venidero.
De lo que se trata es que el PRM no debe mostrarse tan imbatible -igual error cometió el PLD en 2020-, tratando de minimizar el liderazgo de Leonel Fernández y Danilo Medina . El triunfalismo no es recomendable para el PRM en la actual coyuntura.