Una de las preocupaciones comunes de las personas mediadoras es cuando en la solicitud de admisión de mediación y en el proceso, es detectado la adicción los estupefacientes, alcohol y a los juegos de azar.
Para personas expertas en conductas y comportamientos (psicólogo/as y psiquiatras) consumir drogas, romo y jugar es una enfermedad; en donde las personas no estás en condiciones de asumir responsabilidades de sus actos (distribuir bienes, pagar deudas, visitas a sus hijos e hijas, etc.).
Por lo tanto, no dispone de criterios adecuados para sentarse en una mesa de diálogo con sus familiares (hermanos, hermanas, tías, tíos, sobrinos, abuelos, vecindario, etc.) y con su pareja o expareja para consensual acuerdos relacionados a ellos, personas menores y a sus propiedades.
Estas personas por su condición de adicción, pierden la capacidad de razonar, reflexionar, pensar y tomar las decisiones pertinentes en relación por ejemplo herencia, paternidad, maternidad y sus consecuencias u obligaciones (pensión, guarda, visitas, etc.)
En otras oportunidades en Conflictos y Mediaciones hemos relatado reflexiones tendentes al “interés superior del niño, niña y adolescente” vislumbrado en la Ley 136-03, en la que traza las pautas a padres y madres en relación a sus obligaciones como progenitores.
Procrear es una gran responsabilidad. Pero suele ocurrir que personas con estas conductas suelen procrear sin planificación y mucho menos con la capacidad para guiar u orientar a sus hijos e hijas.
En los Centros de Mediación de Conflictos llega todo; personas con conductas “cuerdas y descuerdadas”. La mediación no tiene perjuicio, sin distinción de clase social se le abre las puertas a toda la población. Es decir, se reciben de todo y en la vulnerabilidad existe de todo.
Una persona con adicción a las sustancias legales e ilegales no es admitida en mediación, por las razones ante expuestas, a la persona a la que se abre el proceso de solicitud de admisión de su caso, se les orienta como, en qué y en dónde puede apoyarse para buscar alguna alternativa de solución a su situación.
Reconozco que existen pocos lugares para enfrentar estas dificultades, pero con el apoyo de profesionales de derecho de la sociedad civil e independiente, se ha logrado buscar alternativas viables a la persona afectada. Eso nos gratifica y nos indica que la mediación es útil hasta para caso de estas condiciones, para personas adictas a romo, drogas y a los juegos de azar. Ya que la misma permite guiar y orientar adecuadamente a la persona afectada.
No fue en una mediación en donde se encontró la solución, pero mediante la mediación se encontró una vía alterna a esta problemática que acarrea a miles de familias y personas de escasos recursos.
Nos deja muy claro, la situación a adicción no es mediable, pero si existen mecanismos para conseguir soluciones adecuadas para este tipo de persona.
En caso de quien dirige a Conflictos y Mediaciones, buscamos opciones en donde las personas con ese tipo de dificultades, familiar o pareja. Claro, en ocasiones son opcionales, ir a un profesional de la conducta o siquiatra según en caso.