Kim Kardashian ha tratado de escenificar públicamente la relación tan cordial y constructiva que aspira a tener con su exmarido Kanye West, del que decidió separarse a principios del año pasado. Pero las constantes salidas de tono del rapero y, sobre todo, sus últimas declaraciones acerca de la aversión que siente por Pete Davidson, la nueva pareja de la celebridad, no se lo están poniendo nada fácil.
De forma más concreta, a la empresaria le ha molestado y «disgustado» que el artista asegurara hace unos días que ella no le permitía ver a sus hijos ni entrar en su antiguo hogar compartido. Cierto es que el equipo de seguridad de Kim denegó el acceso al intérprete en un día en que este apareció sin previo aviso y fuera del calendario de visitas acordado, pero la socialité justificó la decisión con la necesidad de brindar «estabilidad» al día a día de sus retoños.
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«Kim está muy abrumada y disgustada con las últimas entrevistas y gamberradas de Kanye. Su máxima prioridad, como siempre, ha sido la de proteger a sus hijos. Su objetivo es el de forjar una relación saludable y de co-paternidad con Kanye, en la que ambos se involucren en igualdad de condiciones. Kim siempre tuvo una relación muy estrecha con su propio padre, incluso después de su divorcio de Kris, y ella quiere recrear esa dinámica con los suyos», ha apuntado una fuente a ‘Entertainment Tonight’.