Lima.- El congresista peruano Kenji Fujimori, hijo menor del expresidente Alberto Fujimori, afirmó hoy que no se quedará de brazos cruzados para recuperar de nuevo la libertad de su padre, al que la Justicia peruana anuló el indulto que tenía sobre una condena de 25 años de prisión por delitos de lesa humanidad.
En la puerta de la clínica donde el exmandatario fue ingresado horas después de conocer que debería volver a prisión, Kenji Fujimori anticipó brevemente que luchará “en todas las instancias judiciales y políticas” para revertir la anulación del indulto. “Estoy consternado, sumamente dolido. Me siento destrozado por la noticia del día de hoy.
Por supuesto que nos ha sorprendido, pero como hijo no voy a bajar la guardia y voy a seguir luchando por defender la libertad de mi padre”, reiteró Fujimori.
El hijo menor de Fujimori comentó que padre se encuentra en cuidados intermedios y en constante seguimiento por parte del personal médico de la clínica a donde llegó antes de que las autoridades ejecuten la orden judicial de devolverlo a prisión.
Alberto Fujimori fue indultado la pasada Navidad por el expresidente Pedro Pablo Kuczynski bajo sospechas de tratarse de un acuerdo político.
El indulto llegó tres días después de que Kuczynski se salvase de ser destituido por el Congreso gracias a la abstención de un pequeño grupo de congresistas fujimoristas liderado por Kenji Fujimori, hijo menor del expresidente, quien le había pedido en reiteradas ocasiones liberar a su padre.
La gracia fue concedida bajo el argumento de que Fujimori sufre una enfermedad grave y degenerativa, pero no terminal, aunque no especificaba cuál. Sin embargo, el juez Hugo Núñez, del Juzgado de Investigación Preparatoria de la Corte Suprema de Justicia de Perú, determinó hoy en su sentencia que el indulto contraviene los compromisos internacionales de Perú en materia de derechos humanos y resaltó irregularidades en su tramitación, como su inusitada celeridad.
Fujimori fue condenado en 2009 a 25 años de prisión como autor mediato (con dominio del hecho) de las matanzas de Barrios Altos (1991) y La Cantuta (1992), donde murieron 25 personas a manos del grupo militar encubierto Colina, y los secuestros de un empresario y un periodista, considerados todos ellos crímenes de lesa humanidad.
A Fujimori, de 80 años, le quedan por cumplir en prisión más de 14 años de pena, por lo que terminaría de purgar su pena en 2032 con 94 años.