Los jóvenes dominicanos son liberales, por primera vez. Están muy interesados en los problemas públicos principales, que los atañe directamente.
Están mostrando que su interés en luchar en organizaciones no jerarquizadas (diferentes a los partidos políticos), es importante. Sus problemas son los mismos que están afectando al país.
Otrora fueron instrumentos del mercadeo político. Pero, después de las frustradas elecciones municipales del 16 de febrero, los estudios públicos de las encuestas pueden mostrar cuál ha sido el comportamiento de la juventud dominicana en los actuales tiempos electorales, que en realidad son tiempos de crisis social, expresándose políticamente.
Al igual que el Mayo de 1968, en Francia, quieren planteamientos y debate, sin prohibiciones.
Hay una profunda desconfianza de los jóvenes hacia las instituciones públicas, los partidos políticos, los diputados y senadores.
Esta desconfianza alcanza la figura del mandatario de la nación, quien ha resultado ser un gobernante poco comprometido con las políticas públicas generadoras de democracia, de transparencia en la administración de los fondos públicos, donde es más notoria.
Las encuestas no lo resaltan, pero aun así los escándalos de corrupción no logran quedar fuera del malestar general, esta sigue siendo la raíz del problema: el gobierno no tiene norte.
La juventud está molesta porque la realidad que se está viviendo, nadie se ha atrevido a decir la verdad lo que verdaderamente está sucediendo.
Es cierto que ahora sus cañones están enfilados hacia el gobierno, hacia los candidatos oficialistas, pero si recordamos hace unos meses atrás, la rabia era contra la necesidad de ejecutar cambios en la política económica, en la justicia, en frenar la corrupción y atender las necesidades de las comunidades.
Esos rostros juveniles, entre 15 y 29 años, heterogéneos y variados, está muy preocupados por temas sociales, y ellos dicen mucho: desigualdad, situaciones como el desempleo o la pobreza se duplican o triplican en este segmento (no sólo atraviesan desigualdades materiales, sino educativas, laborales y políticas).
Muy a pesar de ello, se les ve participar activamente en la contienda electoral con candidaturas.
Es la primera vez que quieren llenar esos espacios públicos, aunque no dejarán de mostrar su malestar social y ejercer la protesta, de forma ejemplar, gratuita y democrática.
Si mañana sobreviene una exposición social fraguada por ellos, será fruto de la evolución de la crisis de los partidos políticos que sólo se satisfacen ellos mismos.
La demostración llevada a cabo por ellos cierra un ciclo político y da inicio a otro muy diferentes, es la representación de los jóvenes en los partidos políticos, lo cual todavía no ha ocurrido.