Juventud, antipolítica y elecciones

Juventud, antipolítica y elecciones

Juventud, antipolítica y elecciones

Celedonio Jiménez

En anteriores entregas he hablado de la creciente tendencia dentro de grupos de jóvenes dominicanos a asumir una postura anti-política, es decir, la conducta de alejarse de la actividad política, bajo el argumento de que los políticos y la política lo que han hecho es daño al país y a su población de nivel subalterno.

Esa actitud la valoramos equivocada, pues, que existan muchos políticos engañadores no descalifica la política como ejercicio transformador.

Muchas actitudes han conducido a valoraciones enfrentadas sobre este quehacer.

El sociólogo Raymond Aron refiere que Max Weber “repitió continuamente que las virtudes del político son incompatibles con las del hombre de ciencia; pero su preocupación por separar ambas actividades no era más aguda que su conciencia del vínculo que entre ellas existe” (Aron, en la introducción de “El político y el científico” de Max Weber.

La descalificación de la política a que algunos de sus actores dan lugar, no sólo en la República Dominicana, sino también fuera de ella, explica, en parte, que una indefinida cantidad de jóvenes dominicanos no se incorporen a los partidos políticos y que una parte de ellos estuvieran ausentes de las importantes jornadas de “Marcha Verde” contra la corrupción y la impunidad.

O que, penosamente, ciudadanos jóvenes negocien su voto el día de las elecciones nacionales, a cambio de varios cientos de pesos.

Hoy vivimos una campaña electoral anticipada y nos abocamos a unas elecciones nacionales cuyo padrón está constituido casi en un 30% por votantes que tienen 30 años o menos, según cifras ofrecidas por el departamento informático de la Junta Central Electoral (JCE).

De los 7.4 millones de electores hábiles para las elecciones del 2020, la mayor cantidad tiene entre 18 y 25 años de edad.

Lo anterior nos indica la significación de la juventud en cuanto se refiere a la composición de los electores, pero más que todo, nos señala lo importante que es, para facilitar los mejores resultados en las elecciones, que los jóvenes dominicanos asuman una consciente participación en ellas, desechando la anti-política, y abrazando las posiciones programáticamente sustentadas y consideradas como correctas, así como apoyando al (los) candidato (os) decentes, honestos, que no mientan, que no engañen y entregados a la lucha por las mejores causas.

En buena medida lo que hoy son o hacen muchos de los jóvenes dominicanos es una fotografía de nuestro tiempo. Bueno sería analizar cómo los tiempos actuales, y lo que son y hacen los adultos, influyen en ellos.

Y no me refiero sólo a su actitud política, también me refiero a su gran afición por la tecnología, el tatuaje, las modas estéticas, las cirugías plásticas, la agresividad escolar, los hábitos amorosos, etc. Pero esto es materia para otras reflexiones.



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