Se supone que un país tiene instituciones encargadas de hacer cumplir las leyes. De hecho, esa es la razón de ser del Estado.

Pero República Dominicana es especial… Aquí los encargados de hacer cumplir las leyes son sus principales violadores.

Al momento de escribir estas líneas, vengo de regreso de Moca, donde estuve representando legalmente a la comunidad de Juan López, que lucha por la preservación de sus recursos naturales contra una empresa que depreda sus montañas para sacar arena y otros agregados.

En el tribunal quedó evidenciado que no cuentan con autorización de Medio Ambiente ni con el permiso de uso de suelo del Ayuntamiento. Sin embargo, el juez de la Cámara Civil y Comercial de Espaillat buscó la forma de declararla inadmisible. Al parecer, el poder y el dinero pesan más que el bienestar colectivo.

Lo mismo ocurre en el Parque del Este, donde el alcalde y el ministro de Medio Ambiente son los principales promotores de una aberración ecológica: construir una terminal de autobuses al lado del Parque Nacional de Los Tres Ojos. Gonzalo Castillo y la Constructora Estrella desobedecen una sentencia de un tribunal, que en lugar de hacerse respetar, nos pone trabas en la solicitud de que se haga cumplir lo ordenado.

Por otro lado, una Junta Central Electoral, que lejos de ser un árbitro imparcial, ha demostrado su lealtad y servilismo al poder.

Y para cerrar con broche de oro, está aquel que juró ante Dios cumplir y hacer cumplir la Constitución, pero que se la pasa por donde no le da el sol. Pretendiendo incluso pisotearla una vez más, para saciar su sed de riquezas, poder e impunidad.

Hemos puesto a los ratones a cuidar el queso… y como es de esperar, se lo están comiendo y haciéndose pipí en el resto.

En estos momentos tengo una indignación que no me cabe en el pecho. Pero no voy a darles el lujo de renunciar, ni mucho menos de resignarme. En esta lucha no hay lugar para la rendición. Por oscura que sea la noche, al otro día sale el sol, y espero me encuentre con la frente en alto.