Las juntas a de vecinos históricamente han sido un elemento de trabajo de las policías locales. Países como Inglaterra, España, particularmente La Guardia Civil, e Italia, son muy buenos ejemplos de diversas jornadas de acciones cívicas y programas de proyección social.
Las acciones represivas y coercitivas de nuestra Policía Nacional, por sí solas, no pueden mayor éxito si no van acompañadas de campañas planificadas preventivas y multisectoriales que involucren a la comunidad, específicamente a las juntas de vecinos.
De esta manera puede empezar un programa que se denomine Juntas Vecinales de Seguridad Ciudadana.
Ciertos legados históricos, de otrora, como en La Guardia Civil, la Policía de Investigaciones y la Guardia Republicana, hacen recordar viejas y valiosas experiencias de trabajo con la comunidad. Por ejemplo, al “policía amigo”, al “policía de barrio”, al “señor Comandante de Puesto”, al “tombo” de la esquina, al “tira” en las secciones de investigación de las Comisarías.
Existen dentro de la esfera del gobierno central muchas direcciones de participación ciudadana, en lo hay que debatir el papel de la comunidad en la seguridad ciudadana, dejando en claro cuáles objetivos de la Policía Nacional rinden una orientación que motive a la comunidad a que trabaje junto con sus policías, en un esfuerzo por mejorar la seguridad ciudadana.
A menos que alguien lo sepa, dentro del esquema del Sistema Nacional de Seguridad Ciudadana que dice el gobierno está implementando, no existe en el Ministerio del Interior Y Policía y la Dirección de la Policía Nacional una Oficina sobre juntas vecinales al servicio de la seguridad ciudadana dominicana.
De estar organizadas en juntas vecinales a lo largo y ancho del territorio nacional, las veríamos con sus multicolores chalecos y gorras, teniendo como arma sólo un silbato y su enorme deseo de participar para la seguridad de su barrio.
Las Juntas Vecinales de Seguridad Ciudadana de la Policía Nacional son verdaderos ejemplos de trabajo comunal, son organizaciones de vecinos «voluntarios de la seguridad ciudadana», constituyen una cruzada de motivación sin mayor compromiso que servir voluntariamente a su vecindad. No se les exige mayores requisitos, la única obligación que tienen es que se acerquen a la comisaría de su sector y manifiesten su voluntad de trabajar con la Policía para mejorar la seguridad de sus barrios y sectores.
La participación de los vecinos debe estar en la base de las diversas formas de desarrollo social de los barrios, pues da una idea de apropiación de hábitat, de la identidad colectiva, de que se está llevando a cabo un trabajo común, un nuevo capítulo de contar con policías, que tienen como objetivos obtener óptimos resultados en la prevención de la delincuencia.
Muchos se han ido de sus barriadas, pero es un derecho fundamental de la población urbana que su barrio sea seguro y que no exista ningún lugar de origen a que los ciudadanos vacilen en regresar por la causa injusta del deterioro urbano, la inseguridad ciudadana y la delincuencia común. No seamos una cultura anémica.