Me veo en la necesidad de escribir este artículo en vista que muchos abogados, imputados, amigos y ciudadanos me consultan siempre sobre este tema, a sabiendas de mi ejercicio, formación, conocimientos y ser responsable de varias estrategias que se llevan a cabo en ese campo.
Los juicios paralelos son los debates sobre los procesos judiciales que ocurren en los medios de comunicación y la opinión pública. Su incidencia e influencia pueden predisponer las decisiones de los jueces y Ministerio Público, y –por la presión que ejercen, poner en cuestionamiento las decisiones técnicamente equilibradas y justas.
A quienes más afectan las influencias de los juicios paralelos son a los imputados y su reputación, lo que puede derivar en decisiones adversas en la justicia, tomadas al son de los circos y linchamientos mediáticos de los debates de opinión pública.
En la era de la información instantánea y la omnipresencia de medios de comunicación, el fenómeno de los juicios paralelos ha ganado una creciente relevancia.
Los medios de comunicación tienen el poder de formar opiniones y encender debates. Son un poder. En muchos casos, los juicios paralelos se convierten en un espectáculo mediático que atrae la atención masiva del público.
Programas televisivos, redes sociales y artículos de prensa diseccionan cada detalle del caso, presentando teorías, pruebas y entrevistas de una manera que puede influir en la opinión pública antes de que el tribunal llegue a un veredicto.
Una de las principales preocupaciones es la presión que estos juicios pueden ejercer sobre jurados y testigos. Aunque se espera que los miembros del jurado sigan estrictamente la evidencia presentada en la corte, la exposición constante a la cobertura mediática puede sesgar sus percepciones.
La cobertura mediática sensacionalista, en ocasiones, presenta a los acusados como culpables antes de que se haya emitido un veredicto formal. Esto puede socavar la presunción de inocencia, un principio fundamental del sistema de justicia penal.
Los jueces y fiscales, aunque entrenados para ser imparciales, no son inmunes a las influencias del entorno mediático. Los juicios paralelos pueden crear un ambiente de presión pública que, directa o indirectamente, puede influir en sus decisiones.