Me permito llamar a los profesores a votar por Juan Núñez, a la presidencia de la Asociación Dominicana de Profesores, en las elecciones del próximo día trece. Se lo recomiendo porque estoy seguro de que nunca tendrán que arrepentirse.
Conozco al profesor Núñez desde hace muchos años. Conozco de la integridad y la honradez de alguien formado en valores desde el hogar modesto en que nació y se hizo hombre. Y de cómo a lo largo de su vida ha sido fiel a esos valores y a los principios morales que han moldeado siempre sus ideales y su conducta personal y pública.
No hay dudas de que en sus manos todos los asuntos serán manejados con la mayor pulcritud, la más nítida e impecable transparencia y con tino e inteligencia.
Al profesor Juan Núñez le sobran avales y condiciones para ejercer el cargo al que está postulado. Con una dilata experiencia de lucha sindical, forjada desde los tiempos en que, casi un adolescente, ocupó posiciones de responsabilidad en el legendario Sitracode, junto a exponentes del sindicalismo honrado y militante como Ignacio Soto.
Los maestros lo conocen igualmente, porque lo han visto por años largos luchando firmemente junto a ellos, en esas luchas y esos tratos se han forjado los vínculos de solidaridad y compañerismo y ningún momento más oportuno que el actual para que los afiliados de la ADP le otorguen su representación y su confianza.
Van a tener en el cargo a alguien, competente en lo profesional y lo gremial, que sabrá ostentar con dignidad, con buen juicio y sabiduría esa representación y honrar esa confianza.
El profesor Juan Núñez es respaldado por un amplio concierto de sectores que inciden en la ADP, esto desde ya garantiza el triunfo y luego, presagia una gestión unitaria y democrática, equilibrada, plural, ajena al sectarismo. Y por su carisma personal, su trato decente y afable, promete un presidente cercano y fácil al trato con sus compañeros.
Y cabe resaltar el ejemplo de superación y de trabajo de un dirigente que ha sabido formarse profesionalmente como docente, sin apartarse del trabajo magisterial y que ha adquirido la suficiente madurez para hacer la mejor gestión en las presentes circunstancias nacionales.
Si yo fuera adepeísta diera por Juan Núñez el voto que estoy depositando simbólicamente en estas líneas. Como no me es posible ir a las urnas y votar por él, llamo respetuosamente a los profesores a que lo hagan.