Juan Bosch y mi padre

Juan Bosch y mi padre

Juan Bosch y mi padre

Elías Brache

Recientemente se conmemoró un aniversario más del fallecimiento del ex presidente profesor Juan Bosch. La vinculación de mi padre con el extinto líder es una historia poco conocida.
Todo se inicia en el pueblo de nuestras raíces, La Vega Real, pues tanto Don Juan como mi padre son nativos del mismo.

A raíz de Don Juan ser elegido presidente, éste contactó a mi difunto abuelo, Elias Brache Viñas (Brachito), a los fines de que gestionara que la entonces vivienda de mi padre, ubicada en lo que es ahora la calle prolongación Siervas de María, en Naco, fuera la residencia presidencial.

Mi padre se encontraba en ese momento en Miami, EUA, adquiriendo un tractor para la finca que posee, y allá, recibió el telefonazo, con la peculiar solicitud, respondiendo que al otro día llegaría para conversar con el presidente electo, y así mismo fue.

Don Juan se reunió al día siguiente con mi padre, en Santo Domingo, y le expresó su fascinación por la vivienda que, en aquel momento, probablemente era la más bella de toda la ciudad capital, edificada en un terreno de 4000 metros cuadrados y diseñada por el arquitecto Julio Alberto Hernández.

Una de las razones por las cuales Don Juan también optaba por esa vivienda era, según él le expresó a mi padre, que en la misma podría recibir a varios jefes de estado, incluyendo a Lyndon B. Johnson que vendrían a la toma de posesión.

Como era propio de mi padre, accedió a ceder su casa de forma gratuita al primer presidente del Partido Revolucionario Dominicano (PRD), dejando en la misma todo su mobiliario y hasta la cubertería.

Resulta que luego de residir en la casa por breve tiempo, Don Juan se sintió tan a gusto que le pidió formalmente que le alquilara la vivienda, incluyendo a sus “dos morenas de San Cristóbal” a lo cual accedió también mi padre, optando éste último por regresar a residir a La Vega.

Los meses transcurrieron y las fuerzas oscuras derrocaron a Don Juan, dejando la propiedad y marchándose a Puerto Rico, no sin antes encomendarle a mi padre su perrita Blondie y un ovejito que tenía en el patio, y que escapó por la intervención de mi padre, de ser devorado por unos militares que ocuparon la vivienda.

En mis manos reposan las cartas de puño y letra de Don Juan, quien, de vez en vez, escribía a mis padres para saludar y agradecer que le cuidaran su perrita, incluyendo una en la que expresaba su pena pues ya Blondie se encontraba con él y era de su conocimiento que mi hermana mayor, Rosa, se había encariñado con la misma.

El contenido de esas “notitas” de Don Juan revelan la nobleza de un corazón que valoraba la amistad, en una época que muchos le dieron la espalda.

No estando Don Juan presente, desde donde él está sabe quiénes, en su momento, le sirvieron desinteresadamente, quiénes se han aprovechado de su nombre y quiénes lo deshonran cada día.

Sincera; así fue la amistad entre Juan Bosch y mi padre.



Elías Brache

Licenciado en Derecho Cum Laude (UNPHU) con estudios de Especialidad en Gobierno y Politicas Publicas (FLACSO) ha ocupado diferentes posiciones dirigenciales en su vida privada y publica incluyendo las de Vice Canciller de la Republica y Gerente del Instituto Dominicano de las Telecomunicaciones (INDOTEL).

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