La magistrada Adalgisa Castillo junto a una parte de las jóvenes que recién fueron certificadas en diseño de modas , modelaje y otras disciplinas . ELIESER TAPIA
SANTO DOMINGO.-Cuando apenas tenía 11 años, Michell (nombre ficticio) era “la niña linda de su madre”, justo a esa edad se enamoró perdidamente de un joven rebelde y conflictivo que la llevó a asumir el mismo comportamiento que él para que le aceptaran los amores.
A los 16 años, ella terminó quitándole la vida a este en defensa personal, con quien se unió en concubinato al cumplir 14 años, y entablaron una relación marital matizada en sus inicios por maltrato verbal y agresiones físicas.
Se alejó de sus padres, y con su accionar entró a formar parte de las 35 muchachas en conflicto con la ley penal del Instituto Preparatorio de Señoritas de Villa Consuelo.
Hoy, a tres años de ese suceso, narra con pesar que la desobediencia no la dejó escuchar consejos de su madre.
“Cuando empezamos a ser novios yo tenía 11 años, era la niña linda de mi mamá, meritoria en la escuela, y él tenía 14. Mami se dio cuenta que no era el ideal para mí, me reprochaba y no le prestaba atención, me puse malcriada y preferí llevarme de mis amigas”, narró Michell, que prefirió formar casa aparte.
Al no tener comunicación con su mamá se quedó en silencio y al final pasó la desgracia, que nunca más desea repetir ni que otras jóvenes pasen por esa experiencia, aunque se siente hoy una nueva persona.
“Ustedes si joden y fastidian a uno…”, estos eran algunos de los pensamientos que le cruzaban por la mente, al igual que a “María”, con 14 años, a quien unos “amigos” convidaron a despojar a un señor de sus pertenencias y terminaron dándole muerte.
Esta también corrió la misma suerte de quedar atrapada en ese mundo y se sintió arruinada cuando tuvo que abandonar el nido familiar para irse al reformatorio.
“Sí se puede”
Para suerte de ellas y otros muchachos de su edad que han caído en el tráfico de drogas y robo agravado, entre otros delitos, encontraron a la magistrada Adalgisa Castillo, jueza de la Sanción del Distrito Nacional, que trabaja con los menores que están en conflicto con la ley penal.
Vía los proyectos de rehabilitación en los Centros de Privación de Libertad, de Villa Consuelo, y de Cristo Rey, donde acogen a 92 adolescentes varones ligados a hechos similares, estos podrán reinsertarse a la sociedad luego de cumplir y asumir con seriedad el plan “Sí se puede”, que la jueza ha puesto en ejecución.
En ambos centros, los adolescentes de 13 a 18 años son reformados y rescatados en valores.
“Los estamos formando a través del arte, para que se sientan útiles y tengan una segunda oportunidad, además de mostrarles que hay otra forma de vivir”, comentó la magistrada, quien pone empeño para formarlos en diferentes disciplinas.
Asegura que ha ido logrando su rehabilitación, realizan su bachillerato y unos van a la universidad en su sistema semi abierto al demostrar seguridad de sí.
Formación técnica
Milagros Núñez, directora del Instituto Preparatorio de Señoritas de Villa Consuelo, asegura que para ella es una experiencia enriquecedora el rescatar adolescentes que han caído en conflicto y no todo el mundo quiere ayudarlos.
La mayoría de estos muchachos se han involucrado en intentos de homicidio, tráfico de drogas, así como golpes y heridas, y robos agravados, dijo.
“Tenemos un código del Ministerio de Educación y desde que llegan las alfabetizamos, tenemos clases de básica, de bachiller, talleres de manualidades y clases de belleza, detalló la directora Núñez.
A esa labor se unen jóvenes como Daritza Castillo estudiante de publicidad, que fue en calidad de voluntaria y se quedó dando clases de diseños de moda, danza y teatro, por encontrar allí un espacio para desarrollar su oficio y ayudar a chicas que merecen una oportunidad.
Cumplimiento
— Libertad asistida
Una vez cumplen mayoría de edad y completan requisitos quedan en libertad asistida y bajo terapias, si se portan correcto, según Milagros Núñez. Señaló que de lo contrario pasan a ser internas en centros de adultos.