Hay experiencias horrorosas, como que te saquen una muela, difícilmente apreciadas de oídas porque otro la cuente. Casi igual pasa cuando pierdes una cuenta de redes sociales porque alguien, presumiblemente un pirata informático o “hacker”, realiza un ataque cibernético para tratar de secuestrarla.
Afortunadamente Twitter y otras plataformas poseen parámetros de seguridad que avisan, pero la recuperación de la cuenta es una canana que puede durar largos días. Alrededor de la medianoche del miércoles para jueves, tuitee “no quiero acordarme del boche cuando dije y reiteré que meter a contagiados del Covid19 en barcos era pésima idea”, acompañado de una crónica actualizada.
En pocos minutos estaba “destuiteado” que es casi como “destutanado”, que para cualquier periodista es un duelo o como sacarse una muela sin anestesia.
¡Tan contentico que estuve al llegar a mis primeros 3,000 seguidores la semana pasada! Pero aún con hocico quemado insisto. Para quienes quieran continuar gozando o padeciendo mis trinos, pueden seguirme ahora en @JoseBaezGuerre1. Como antes, agradezco disenso; seguiré bloqueando a los añépidos y cacoerrolas…